El sol estaba en su punto más alto, bañando la ciudad con una cálida luz dorada. Javon había planeado un día especial para Darilú, uno en el que cada detalle fuera perfecto. Ella merecía lo mejor, y él estaba decidido a darle un día inolvidable.Llegaron al parque más bonito de la ciudad, un lugar lleno de árboles altos y flores de todos los colores. El sonido del agua corriendo en una fuente cercana creaba una atmósfera tranquila, y las risas de los niños jugando resonaban en el aire. Javon, vestido con una camisa blanca impecable y pantalones casuales, sostenía en su mano una pequeña caja de picnic, mientras Darilú, con su cámara profesional colgando de su cuello, lo seguía con una sonrisa.
—Este lugar es hermoso, Jav.—dijo ella, mirando alrededor, sus ojos brillando de emoción.— Gracias por traerme aquí.
Él le devolvió la sonrisa, tomando su mano con suavidad.—Sabía que te gustaría. Quería pasar un día tranquilo contigo, lejos de todo.
Javon la guió hacia un lugar apartado del parque, bajo un gran roble que ofrecía sombra y privacidad. Extendió una manta suave en el césped y se aseguró de que todo estuviera perfecto antes de invitarla a sentarse.
Darilú observó cómo él sacaba de la caja de picnic una selección de sus comidas favoritas: fresas, sándwiches gourmet, y un postre de brownie con nieve. Todo estaba perfectamente dispuesto, y la atención al detalle no pasó desapercibida para ella.
—Te estás esforzando demasiado.— bromeó Darilú, aunque en su voz había una nota de genuina gratitud.
—Por ti, vale la pena.—respondió Javon con una sonrisa que hizo que su corazón se acelerara.
Se sentaron juntos, compartiendo la comida y riendo mientras hablaban de todo y nada a la vez. Cada pequeño gesto de Javon, desde ofrecerle una fresa hasta cepillar suavemente una brizna de pasto de su cabello, mostraba lo mucho que le importaba. La hacía sentir como una princesa, mimándola en cada oportunidad.
Después de comer, Darilú no pudo evitar sacar su cámara. Las flores alrededor de ellos eran perfectas para fotografiar, pero sus ojos siempre regresaban a Javon. Él estaba recostado en la manta, con una expresión relajada y satisfecha. Su perfil, iluminado por la suave luz del sol, era simplemente hermoso.
—¿Puedo tomarte algunas fotos?.— preguntó ella, levantando la cámara con una sonrisa.
Javon se rió suavemente, pero asintió. —Claro, pero solo si me dejas tomar algunas de ti después.
Darilú se puso de pie y empezó a tomar fotos de Javon desde varios ángulos. Le gustaba capturar su lado más relajado, ese que solo ella conocía. Mientras tomaba las fotos, Javon jugaba con su expresión, alternando entre sonrisas suaves y miradas profundas que parecían atravesar el lente y llegar directamente a su corazón.
Cada vez que bajaba la cámara, él la miraba con una ternura que la hacía sentirse única. Como si el mundo entero desapareciera cuando estaba con ella.
—Ven aquí.—dijo Javon después de un rato, extendiendo la mano hacia ella. Darilú bajó la cámara y se acercó, dejando que él la guiara a su lado en la manta.
—Ahora es mi turno.— dijo él, sacando su teléfono para tomar algunas fotos de ella. Aunque no era tan experto como Darilú, sus fotos capturaban su esencia: la manera en que sonreía cuando estaba genuinamente feliz, la luz en sus ojos cuando se sentía amada. Cada foto era un reflejo de cómo la veía Javon, y eso la hacía aún más especial.
—Déjame ver.— pidió ella después de que él tomara unas cuantas fotos. Javon le entregó el teléfono, y ella se rió al ver las imágenes. —Eres mejor fotógrafo de lo que pensaba.
—Es fácil cuando tienes a alguien como tú frente a la cámara.—respondió él, su voz suave y sincera.
La tarde continuó, llena de risas, charlas y momentos de tranquilidad compartida. Javon nunca dejó de tratarla con cuidado, asegurándose de que ella estuviera cómoda y feliz en todo momento. Incluso cuando solo estaban sentados en silencio, la presencia de Javon era reconfortante y constante, como si nada malo pudiera pasar mientras estaban juntos.
Cuando el sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos rosados y naranjas, Javon la abrazó por detrás, apoyando su barbilla en el hombro de Darilú mientras miraban juntos el atardecer.
—Gracias por este día.— susurró ella, inclinando la cabeza hacia él.—Ha sido perfecto.
Javon sonrió, plantando un suave beso en su mejilla.—Lo único que quiero es verte feliz, Darilú. Hoy, mañana, siempre.
Ella giró para mirarlo a los ojos, y en ese momento, todo lo que sentía por él se reflejaba en su mirada. No necesitaban palabras; en ese silencio, ambos sabían que lo que compartían era especial, y que, pase lo que pase, siempre tendrían estos momentos de calidad juntos.
Bellísimos ¿No?.
Este capítulo quería que fuera sobre ellos dos y nada más,algo significativo: El tiempo de caridad y atención a los detalles.
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Atte: A.H.
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𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐘𝐨𝐮/ʷᵃⁿⁿᵃ ʷᵃˡᵗᵒⁿ.
RandomDarilú Stevens nunca imaginó que su vida cambiaría tan drásticamente al cruzarse con Javon Wanna Walton. Era una chica común, con sueños y anhelos como cualquier otra, hasta que los ojos intensos de Javon se posaron en ella. Desde ese instante, su m...