𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐘𝐨𝐮/ʷᵃⁿⁿᵃ ʷᵃˡᵗᵒⁿ.

14

Javon se encontraba en la sala de espera del hospital, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrelazadas frente a su rostro, apenas respirando del nerviosismo. Jaden, Jayla, Emma y Noah estaban cerca, todos en silencio, con la tensión palpable en el aire. Las horas se habían sentido eternas desde que Darilú fue llevada de urgencia al hospital. Javon no podía quitarse de la mente la última vez que hablaron, cuando pelearon, y cómo no estuvo presente en su competencia.

Finalmente, la puerta de la sala de espera se abrió y un doctor entró. Todos se levantaron casi al unísono, mirando al hombre con una mezcla de esperanza y miedo.

—¿Cómo está? —preguntó Javon, su voz entrecortada por la ansiedad.

El doctor asintió con calma, sosteniendo la mirada de Javon.

—Darilú está estable ahora, pero tuvo un colapso debido a una combinación de estrés, ansiedad y problemas graves de sueño. Su cuerpo llegó a un punto crítico, y necesitamos que descanse y se recupere adecuadamente. Lo bueno es que está consciente y puede recibir visitas.

Javon sintió un nudo en la garganta, una oleada de culpa invadiéndolo al escuchar las palabras del doctor. Su mente se llenó de imágenes de Darilú, agotada por la competencia de baile, los exámenes, y cómo él no estuvo allí para apoyarla como debería.

—Quiero verla, por favor —dijo Javon, su voz casi suplicante.

El doctor asintió y lo guió hacia la habitación de Darilú, dejando a los demás en la sala de espera.

Al entrar en la habitación, Javon vio a Darilú acostada en la cama, con el rostro pálido pero sereno. Estaba despierta, aunque visiblemente agotada. Los monitores a su alrededor emitían pitidos suaves, un recordatorio constante de su estado.

Javon se acercó despacio, su corazón acelerado. Se sentó en la silla junto a la cama y tomó la mano de Darilú con suavidad. Ella lo miró, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y alivio.

—Lo siento tanto, Darilú —comenzó Javon, su voz rota por la emoción—. No estuve allí cuando más me necesitabas... y te fallé. Fui un idiota por dejar que las cosas llegaran a este punto. Te presioné demasiado y no te apoyé como debería haberlo hecho.

Darilú lo miró con ojos cansados, pero llenos de comprensión.

—Javon... —su voz era débil, pero suave—. Ambos hemos estado bajo mucha presión. No fue solo tu culpa. Yo tampoco supe cómo manejar todo.

Javon apretó suavemente su mano.

—Pero yo debería haberte ayudado, haber estado a tu lado en lugar de enfocarme en mis cosas. Prometo que voy a estar aquí para ti, siempre. No quiero perderte, Darilú. Te amo más de lo que puedo explicar.

Una lágrima solitaria se deslizó por la mejilla de Darilú mientras ella le sonreía débilmente.

—Te amo, Javon... Solo necesitamos tiempo para sanar... juntos.

Javon asintió, inclinándose para besar suavemente su frente, susurrando una última disculpa, decidido a no volver a cometer los mismos errores.

Javon seguía al lado de Darilú, acariciando su mano con ternura, cuando la puerta de la habitación se abrió suavemente. Jaden, Jayla, Emma y Noah entraron en silencio, sus rostros reflejando una mezcla de alivio y preocupación al ver a su amiga despierta.

—Darilú... —susurró Emma, acercándose al borde de la cama, sus ojos brillando por las lágrimas contenidas—. Nos asustaste muchísimo.

Darilú les sonrió débilmente, todavía agotada, pero reconfortada por la presencia de sus amigos.

—Lo siento, chicos... No quería preocuparlos así —murmuró, su voz suave pero sincera.

Noah, siempre el bromista, intentó aligerar el ambiente mientras se acercaba al otro lado de la cama.

—Bueno, si querías llamar la atención, definitivamente lo lograste —dijo con una sonrisa torcida, aunque el tono de su voz mostraba su preocupación.

Darilú dejó escapar una pequeña risa, que rápidamente se convirtió en un suspiro. A pesar de la fatiga, se sentía increíblemente agradecida de tenerlos allí con ella.

Jayla, quien había estado en un mar de llantos, se acercó para darle un abrazo suave, cuidando de no lastimarla.

—Solo recupérate, ¿sí? Te necesitamos en tu mejor versión —dijo Jayla con un tono cariñoso, y luego miró a Javon—. Y tú también, Javon. Los dos.

Jaden se acercó y le dio un apretón en el hombro a Javon, con una mirada que decía más de lo que las palabras podían expresar. Después, se giró hacia Darilú, sonriendo con su estilo despreocupado.

—Te ves mejor que cuando llegaste aquí, lo cual es un alivio —bromeó, aunque sus ojos reflejaban el alivio real que sentía al verla fuera de peligro.

—Gracias por estar aquí, chicos —susurró Darilú, mirando a cada uno de ellos—. No sé qué haría sin ustedes.

Emma, Noah, Jaden y Jayla se acercaron más, creando un pequeño círculo de apoyo alrededor de la cama. En ese momento, la tensión y el miedo que habían sentido se desvanecieron un poco, reemplazados por un sentimiento de unidad. Darilú no estaba sola en esto, y todos se aseguraron de que lo supiera.

Javon, aún sosteniendo la mano de Darilú, se sintió un poco más tranquilo al ver a sus amigos allí. Sabía que todos estarían a su lado, no solo para ayudarla a recuperarse, sino para ayudarse mutuamente a superar cualquier obstáculo.

—Vamos a salir de esta juntos —dijo Javon en voz baja, mirando a Darilú y luego a los demás—. Todos nosotros.

Darilú asintió suavemente, sintiendo el calor de su grupo de amigos, su familia elegida, a su alrededor. En ese momento, supo que, con ellos a su lado, todo sería más llevadero.