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Después de recibir la llamada de Khao, Noeul se sentía aliviado, pero no completamente libre de preocupaciones. La noticia de que Boss había abandonado la persecución era difícil de creer. Aun así, Noeul decidió tomar las palabras de su amigo como un rayo de esperanza en medio de la tormenta.Mientras el día avanzaba, Noeul y Seojun pasaron el tiempo en la pequeña cabaña, disfrutando de la calma que tanto habían anhelado. Seojun, aún ajeno a la verdadera gravedad de la situación, estaba feliz de tener a su papá todo el día para él. Por la tarde, Noeul decidió dar un paseo con Seojun por los alrededores de la cabaña. Los altos pinos y el aire fresco le daban una sensación de paz que hacía mucho no experimentaba. Mientras caminaban, Seojun iba saltando de un lado a otro, recogiendo piedras y hojas caídas.


Seojun: -con una sonrisa- "Papá, ¿crees que podemos hacer un fuerte con todas estas hojas?"

Noeul: -sonriendo"Claro, Seojun. Haremos el mejor fuerte que hayas visto."


La risa de Seojun resonaba entre los árboles, y Noeul se dio cuenta de cuánto necesitaba esos momentos de alegría simple. Estaba decidido a proteger esa felicidad, sin importar qué.De regreso en la cabaña, mientras Seojun se entretenía construyendo su fuerte de hojas, Noeul se permitió un momento de reflexión. Pensó en todo lo que habían pasado para llegar hasta ese punto y en lo que vendría después. Sabía que, aunque Boss hubiera desistido, no podían bajar la guardia por completo.


Noeul: -pensando en voz alta- "¿Será posible que finalmente podamos empezar de nuevo, lejos de todo ese caos?"


Esa noche, después de que Seojun se quedara dormido, Noeul se sentó en la pequeña mesa de la cocina, con la luz de una vela iluminando tenuemente la habitación. Sacó una libreta y comenzó a escribir, algo que solía hacer cuando necesitaba aclarar sus pensamientos.


Noeul: -escribiendo- "Han pasado días desde que nos fuimos, y aunque hemos encontrado algo de paz aquí, sigo temiendo lo que podría venir. Khao dice que Boss se ha rendido, pero una parte de mí duda. ¿Realmente podemos volver a casa? ¿Podremos vivir en paz sin temer que el pasado vuelva a alcanzarnos?"


Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de su teléfono vibrando sobre la mesa. Al mirar la pantalla, vio un mensaje de Khao:


 "Noeul, sé que esto es difícil, pero si decides regresar, hablemos antes. Te ayudaré a planearlo todo para que sea lo más seguro posible."


Noeul dejó escapar un suspiro. Agradecía tener a Khao de su lado, pero todavía no estaba seguro de cuál sería el próximo paso.


Noeul: -respondiendo- "Gracias, Khao. Lo pensaré y te avisaré. Solo quiero lo mejor para Seojun."Guardó el teléfono y se recostó en la cama, mirando al techo. Aún había incertidumbre, pero esa noche, Noeul decidió permitirse un momento de esperanza. Tal vez, solo tal vez, las cosas finalmente empezarían a mejorar.



...

Semanas después de la llamada de Khao, Noeul y Seojun se encontraban de regreso en Corea. Habían dejado atrás la cabaña y los días de incertidumbre, y ahora se preparaban para un nuevo capítulo en sus vidas. El aire fresco de la mañana en Seúl era diferente, más vivo, y Noeul sentía que, finalmente, podía respirar con libertad.


Noeul había encontrado un pequeño apartamento en un vecindario tranquilo, lejos de los recuerdos del pasado. El lugar era modesto, pero acogedor, y con suficiente espacio para que él y Seojun pudieran sentirse en casa. Las paredes estaban decoradas con dibujos de Seojun, y la risa del niño llenaba cada rincón.


Seojun: -corriendo hacia la puerta- "¡Papá, papá! ¡Mira lo que hice en la escuela!"


Noeul: -sonriendo mientras toma la hoja- "¡Wow, Seojun! Esto es increíble. Eres todo un artista."


Seojun había comenzado en una nueva escuela, y a pesar de los cambios, se adaptó rápidamente. Su energía y curiosidad lo hacían destacar, y Noeul no podía estar más orgulloso de cómo su hijo había enfrentado todo lo que habían pasado.En las semanas siguientes, Noeul comenzó a reconstruir su vida. Encontró un trabajo en una cafetería local, donde el ambiente era relajado y los clientes habituales pronto se convirtieron en amigos. Noeul apreciaba la rutina sencilla, las conversaciones triviales y la tranquilidad que había anhelado por tanto tiempo.


Una tarde, mientras caminaban de regreso a casa después de un largo día, Seojun tomó la mano de Noeul y lo miró con sus grandes ojos llenos de curiosidad.


Seojun: "Papá, ¿crees que estamos a salvo ahora?"


Noeul se detuvo por un momento, sintiendo el peso de la pregunta. Miró a su hijo y le dio una sonrisa cálida y segura.


Noeul: "Sí, Seojun. Estamos a salvo. Aquí es donde comenzaremos de nuevo, juntos."


Seojun asintió y siguió caminando, satisfecho con la respuesta. Noeul sabía que las cicatrices del pasado aún estaban allí, pero también sabía que la vida continuaba, y estaban listos para enfrentar lo que viniera.Al llegar a casa, Noeul comenzó a preparar la cena mientras Seojun jugaba en la sala. De repente, el teléfono de Noeul sonó, rompiendo la calma del momento. Al mirar la pantalla, vio un mensaje de Khao:


 "Espero que estén bien en Corea. Si alguna vez necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme. Cuídate, Noeul."


Noeul sonrió y respondió con gratitud. Sabía que su camino no había sido fácil, pero también sabía que tenía amigos que lo apoyaban, incluso a la distancia.Esa noche, después de acostar a Seojun, Noeul se recostó en su cama y se permitió cerrar los ojos con una sensación de paz. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que podían comenzar a vivir sin miedo. El futuro era incierto, pero eso ya no lo asustaba. Estaban juntos, y eso era todo lo que importaba.

Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora