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Los días pasaban con una calma aparente para Noeul, pero la ansiedad seguía presente en cada rincón de su mente. Sabía que en cualquier momento, su pasado podría alcanzarlo. Había tomado la decisión de proteger a Seojun, alejarlo de todo aquello que alguna vez les hizo daño. Pero la duda seguía rondando en su corazón: ¿hasta cuándo podría mantener a su hijo a salvo?Era una mañana fría cuando recibió una llamada inesperada. Khao, quien se había distanciado por un tiempo, reapareció con noticias que Noeul preferiría no escuchar.


Khao: -con voz seria- "Noeul, tenemos que hablar. Boss está más cerca de lo que crees."


Noeul sintió un nudo en el estómago. Tomó aire, intentando mantener la calma.


Noeul: "¿Qué quieres decir, Khao? Sabes que hice todo lo posible para alejarnos."


Khao: "Lo sé, pero él no se ha dado por vencido. Sabe que estás en la ciudad, y está decidido a encontrarte. Noeul... solo quiere recuperar lo que considera suyo."


El silencio se apoderó de la conversación durante unos segundos. Noeul apretó con fuerza el teléfono, sintiendo la tensión en cada fibra de su ser.


Noeul: "Seojun ya no es su hijo. Le dejé claro que no hay lugar para él en nuestras vidas."


Khao: "Entiendo cómo te sientes, pero... Boss no lo ve de esa manera. Él no ha cambiado, sigue siendo el mismo, y su obsesión con ustedes es más fuerte que nunca. Por favor, Noeul, déjame ayudarte. Puedo encontrar una forma de distraerlo, pero necesitas estar listo para cualquier cosa."


La conversación terminó con una sensación de incertidumbre. Noeul sabía que confiar en Khao era un riesgo, pero en el fondo, deseaba creer que su viejo amigo realmente quería ayudar.Mientras tanto, Boss sostenía una foto antigua de él junto a Noeul y Seojun. La imagen mostraba un tiempo en el que todo parecía perfecto, una familia unida en apariencia. Boss deslizó sus dedos sobre la imagen, con una mezcla de nostalgia y determinación en su mirada.


Boss: -para sí mismo- "Esto no ha terminado. Volveremos a ser una familia, te lo prometo, Noeul."


El pasado seguía persiguiéndolos a todos, y aunque Noeul intentaba dejar atrás los recuerdos dolorosos, sabía que enfrentarse a Boss era inevitable. Con la amenaza acercándose, tendría que decidir si huir una vez más o finalmente luchar por la paz que tanto anhelaba para él y su hijo.

...

El día comenzaba lentamente, con un aire denso de preocupación. Noeul sabía que cada momento que pasaba lo acercaba más a la confrontación que tanto temía. Aunque su plan era simple, la incertidumbre lo consumía: recoger a Seojun de la escuela, empacar lo esencial y partir sin dejar rastro. Noeul tenía que ser rápido, sin errores, sin dudas.


Mientras caminaba hacia la escuela de Seojun, su mente no paraba de proyectar posibles escenarios. Estaba convencido de que Boss estaba cada vez más cerca, y que Khao no podría mantenerlo distraído por mucho tiempo. El peso de su decisión se reflejaba en su mirada, mientras intentaba actuar con naturalidad frente a los demás padres.


Al llegar a la escuela, se encontró con Seojun jugando con sus amigos, riendo con la despreocupación que solo un niño puede tener. Noeul lo observó unos segundos, sintiendo una punzada de dolor en el pecho al pensar en lo que estaba a punto de hacer. Tenía que sacarlo de ese ambiente, alejarlo de todo lo que alguna vez los hirió, pero sabía que eso también significaba cortar los lazos que Seojun tenía con su mundo.


Noeul: -sonriendo forzadamente- "Seojun, cariño, es hora de irnos. Tenemos que empacar algunas cosas, ¿recuerdas lo que te dije ayer?"


Seojun: "¡Sí, papá! ¿Nos vamos de viaje?"


Noeul sintió un nudo en la garganta al escucharlo llamarlo "papá". Quería proteger esa inocencia, ese vínculo que habían construido en los últimos años. Con un asentimiento suave, le tomó la mano y lo guió fuera de la escuela, intentando no mostrar la ansiedad que lo consumía por dentro.


De vuelta en casa, comenzaron a empacar. Noeul eligió solo lo esencial: ropa, documentos, y un par de juguetes para Seojun. Mientras guardaba las cosas, su mente vagaba por los recuerdos de la última vez que había hecho algo similar, pero en circunstancias mucho más oscuras.El teléfono de Noeul vibró en la mesa, y al leer el mensaje, su corazón dio un vuelco. Era Khao.


Mensaje de Khao:


"Boss ya no está aquí. Lo retrasé lo más que pude, pero se dio cuenta de que intentaba mantenerlo alejado. No tienes mucho tiempo, debes salir ahora."


Noeul cerró los ojos por un momento, tomando aire profundamente para no dejarse llevar por el miedo. Tenía que ser fuerte, por él y por Seojun.


Mientras tanto, Boss revisaba nuevamente la información que había reunido, buscando cualquier pista sobre su paradero. La frustración comenzaba a apoderarse de él, pero esa misma frustración alimentaba su determinación. Sabía que Noeul estaba huyendo, pero también estaba seguro de que en algún momento cometería un error.


Boss: -hablando para sí mismo"No importa cuánto corras, Noeul. Siempre te encontraré."


De vuelta en la casa, Noeul terminó de empacar y se arrodilló frente a Seojun.


Noeul: "Escucha, cariño. Vamos a irnos lejos por un tiempo. No quiero que te preocupes por nada, ¿de acuerdo? Solo confía en papá y sigue lo que te diga."


Seojun: -inocentemente"¿Vamos a estar bien, papá?"


Noeul le acarició el cabello, intentando mantener la compostura.


Noeul: "Sí, mi amor. Todo va a estar bien. Solo debemos ser rápidos."


Mientras salían de la casa y se dirigían hacia el auto, Noeul sabía que no había vuelta atrás. Era una carrera contra el tiempo, una lucha desesperada por la libertad que tanto había buscado. Con Seojun a su lado, estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para mantenerlos a salvo, aunque significara dejar atrás todo lo que alguna vez conocieron.

El próximo capítulo sería crucial: ¿lograrían escapar antes de que Boss los alcanzara?

Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora