ÑLa luz del amanecer comenzó a filtrarse a través de las cortinas, llenando la habitación con un suave resplandor dorado. Boss y Noeul seguían abrazados en la cama, ajenos a las primeras horas del día. La tranquilidad de la noche anterior había creado un entorno de paz que ambos estaban disfrutando después de tanto tiempo de tensión.
Boss despertó primero, sintiendo el calor del cuerpo de Noeul junto al suyo. Se incorporó lentamente, sin querer interrumpir el sueño de Noeul, y se quedó observando cómo la luz comenzaba a bañar el cuarto. La expresión serena en el rostro de Noeul le recordó por qué había decidido luchar por esta oportunidad. A pesar de las dificultades y el dolor del pasado, ver a Noeul tan vulnerable y confiado en sus brazos llenaba a Boss de una determinación renovada.
Boss: —Buenos días...
Noeul se despertó lentamente, estirando sus brazos antes de abrir los ojos. Cuando vio a Boss mirándolo, una sonrisa natural se dibujó en su rostro.
Noeul: —Buenos días... ¿Dormiste bien?
Boss: —Sí, mucho mejor ahora que estamos juntos.
Noeul se incorporó, sentándose en la cama y estirándose. Miró alrededor, sintiendo una mezcla de nostalgia y esperanza en el ambiente familiar del departamento. Aunque el lugar no había cambiado mucho, ahora parecía diferente, más acogedor y lleno de posibilidades.
Noeul: —Creo que es hora de empezar a hacer algunos cambios. No podemos seguir viviendo en el pasado.
Boss se levantó también, acercándose a Noeul y abrazándolo nuevamente desde atrás, apoyando su mentón en el hombro de Noeul.
Boss: —Estoy dispuesto a hacerlo. Quiero construir algo nuevo contigo. Podemos empezar desde cero, juntos.
Noeul se volvió hacia Boss, tomando sus manos entre las suyas. Aunque había dudas y temores, sentía que, con Boss a su lado, podrían enfrentar cualquier desafío.
Noeul: —¿Sabes? A veces me pregunto si realmente podemos hacerlo. Si hay una manera de superar todo lo que ha pasado.
Boss: —Lo sé, Noeul. No será fácil, pero estoy dispuesto a luchar por nosotros. Lo que más deseo es que podamos encontrar una manera de sanar y seguir adelante. Quiero que nuestra historia tenga un final feliz, no como la última vez.
La conversación quedó en pausa cuando Boss preparó el desayuno. La cocina, aunque pequeña, estaba llena de actividad mientras Boss intentaba hacer algo simple pero reconfortante. Noeul observaba desde la mesa, sintiendo una mezcla de agradecimiento y alivio. La vida cotidiana parecía haber recuperado una sensación de normalidad y esperanza.
De repente, la puerta de la habitación se abrió y Seojun entró corriendo, con una sonrisa radiante en el rostro.
Seojun: —¡Papá! ¡Mamá!
El pequeño, ahora con 9 años, se lanzó a los brazos de Noeul, quien lo abrazó con ternura. Boss se volvió para ver a su hijo, y la escena ante él era un recordatorio conmovedor de lo que estaba en juego.
Noeul: —Buenos días, Seojun. ¿Dormiste bien?
Seojun: —¡Sí! ¡Quería despertar temprano para ayudarles!
Boss, con una sonrisa al ver la alegría de su hijo, se acercó y se agachó a su altura.
Boss: —Buenos días, campeón. ¿Listo para un día nuevo?
Seojun asintió con entusiasmo y luego miró a Boss, con un brillo en los ojos.
Seojun: —¿Podemos jugar después de desayunar?
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Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?
Hayran Kurgu"Han pasado cuatro largos años desde que decidí dejar atrás todo lo que una vez conocí. Aquel tiempo de incertidumbre, miedo y dolor quedó en el pasado. Ahora, estoy en un lugar donde por fin encontré paz y una vida estable junto a mi pequeño...buen...