La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)

Capítulo 14 - La respuesta

Capítulo anterior:

-Isabel, ¿estás bien? – había sonado consternado, y no era para menos, pues segura estoy que mi cara tenía mala pinta.

-S-sí –me levanté algo apresurada del asiento y él me imitó-. Discúlpeme, tengo que ir a dormir ya –mentira, solo deseaba ir a sacar lo que me aquejaba por dentro a otra parte donde no estuviera nadie, mucho menos él-. Muchas gracias por las galletas. Que descanse –hice una pequeña reverencia con la cabeza y enseguida empecé a andar hacia la puerta. Estando a dos pasos de ésta, Jackson me llamó, se estaba acercando.

-Isabel –me detuve y quedé quieta logrando así percibir claramente que se aproximaba desde atrás. Tomé una enorme bocanada de aire y con valentía hice lo que deseaba hacer, aun con mayor fuerza, desde hace unos minutos.

...

Capítulo 14 - La respuesta

[Perspectiva de Michael]

-Me alegra mucho que usted y sus hijos estén bien –confesó en medio del abrazo. Sí, ¡Isabel me estaba abrazando! Yo me quedé estático con la mente en blanco, pero al mismo tiempo me debatía entre si era un simple sueño o no. En lo que lo figuraba, mi cuerpo de repente dejó de sentir la calidez de sus brazos.

-L-lo siento –habló con una voz casi imperceptible. Miré su rostro empapado en pena adornado con algo decepción proveniente de sus ojos, los cuales miraban al suelo. Hubiera querido decir o hacer algo, sin embargo continué sin reaccionar, solo me dediqué a observarla con una expresión de impresión. Isabel dio media vuelta y se salió en un chasquido, fue entonces cuando la realidad me golpeó despertándome de mi letargo. Por mi mente no cruzó otra palabra más que la de 'estúpido', pues mejor descripción no podía hacerse de mí en aquel momento.

-¡Agh! –exclamé dándome una palmada en la cara, luego negué repetidas veces-. Debí decirle algo, un 'gracias' siquiera; debí haberla... abrazado también –exhalé con aire de derrota dando pasos hacia la cama, con mis hombros caídos-. Seguramente creyó que me había molestado –susurré al recordar la apariencia de su rostro mientras me sentaba-; al contrario, se sintió tan... agradable –sonreí ante la memoria de cómo se sintieron sus brazos alrededor de mí, su cuerpo pegado al mío.

Desde pequeño, sin sonar pretensioso, he recibido abrazos de muchas mujeres, y aunque también me han sorprendido bastantes veces, nunca me quedé petrificado como lo hice en ese momento, quizá porque de Isabel no me hubiera esperado algo semejante. De verdad que esta chica es todo un mundo por descubrir, un mundo por el que tengo ansias de explorar.

-Mujer, ¿qué me has hecho? –me cuestioné tras soltar un gran suspiro sintiéndome como un adolescente ilusionado con una chica.

...

Salí de mi habitación con un plan un tanto "maquiavélico" formulado en mi mente. Tres días transcurrieron desde la noche que Isabel me abrazó, luego de eso, no hubo ningún intercambio de palabras entre nosotros; mientras la chica sintió pena por haber actuado tan lindo conmigo, yo sentí pena pero por no haberlo hecho. Sin embargo, ya no iba a esperar más tiempo para hablar con Isabel, la situación me tenía inquieto, así que permanecer de brazos cruzados dejando que más días pasaran no era una opción. Mi interés por ella no iba a ser opacado por ningún otro sentimiento.

Me dirigí a la cocina con la intención de buscarla primero allí, pero para mi buena suerte no tuve que realizar búsqueda alguna, Isabel estaba en la sala acomodando los cojines.

-Buenas tardes, Isabel –ella levantó la mirada pero la volvió hacia abajo enseguida.

-Buenas tardes, señor –respondió en voz baja.