Capítulo 8 - Un paraíso en la tierra

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Mil disculpas por la mega tardanza en subir capítulo, pero es que no he tenido mucho tiempo por la escuela y los deberes. Espero comprendan. Pero bueno, ¡al fin actualizo! Quizá no les paresca muy interesante el capítulo, pero creo que merece la pena que lo lean, así van sabiendo más sobre Isabel y sus sentimientos y pensamientos. Como quiera les cuento que el próximo capítulo (del cual ya tengo un pequeño avance) se pondrá más interesante :)

Muchísimas gracias por las lecturas <3 

Eché un vistazo de mi reflejo en el espejo antes de salir de esa deprimente habitación de hospital. ¿Qué de bueno podía haber en un hospital de todos modos? Solo los nacimientos de los lindos e inocentes bebés, diría yo. Salí al pasillo y ahí estaba mi madre aguardándome para escoltarme hasta la salida.

-¿Cómo te sientes? –me preguntó con ese tono maternal. Torcí la boca.

-Bien –en realidad me encontraba algo asustada. No quería dejar a mi madre ni a mi padre, y ya extrañaba a mis enanos. En ese momento era comparable a una niña pequeña que es separada de su familia.

La tarde del día anterior me la había pasado platicando con mi mamá por un gran rato, en el que aproveché para contarle cómo conocí a Michael en esa renta de películas, el atasco de esa tonta puerta y la buena acción de él de pagar los daños que a mí me molestó mucho. A lo cual, ella comentó: “eres igual de orgullosa y testaruda que tu padre”. Claro que había más que mi orgullo implicado en el rechazo hacia él. Asimismo le platiqué cómo se había enterado él de mi paradero y, finalmente, le di la sorpresa de que iba a trabajar en su rancho, que nos había ofrecido su casa para vivir por un tiempo. Admito que mientras hablaba sobre ello, sentí arrepentimiento por haber dicho que sí.

-Creo que debí consultarlo primero contigo, madre –declaro con los hombros caídos.

-¿Cómo dices eso? Me halaga el que quieras mis consejos, lo cual es raro, eres muy cabezota –río-, pero eres ya una mujer adulta que toma sus propias decisiones, además, eres muy lista.

-Entonces... ¿aceptas que nos vayamos todos a Neverland? –su emoción se disipa y comienza a pensar.

-No lo sé, hija. No tengo nada en contra de que tú te vayas, pero me parece un abuso de confianza el que siete personas más nos instalemos en su casa –bajo la mirada.

-Pero, mamá, es que... no quiero estar sola. Nunca he vivido sola –creo que ni en mi primer día de escuela me sentí tan insegura-. Más aun, ¿dónde van a quedarse?

-Por eso no te preocupes, cielo, tu tía Adriana puede ayudarnos. Y no estarás sola, estarás con Michael –sonríe. ¡Puff! Con lo bien que me llevo con él, pienso-. Es como un sueño, ¿no? –cuestiona con ilusión-. Vas a estar trabajando para Michael Jackson. ¡Tu ídolo! –hago una mueca que no alcanza a volverse sonrisa-. Parece como si hubiera sido ayer cuando tú y Daniel peleaban por hacerme demostraciones de los pasos que habían aprendido de él. Tu hermano estaría muy emocionado...

-Mamá, ¿estás segura que no quieres aceptar la invitación de Michael? –interrumpo con toda la intención. No quiero que hable de mi hermano, es un tema que siempre he evitado abordar incluso con mi propia familia, pues no quiero escuchar que se refieran a él en tiempo pasado. Aún no acepto del todo su partida, es una herida profunda que, aun cuando pasen los años y se cierre, su cicatriz nunca desaparecerá.

-Ay, Isabel, lo dudo. Es que... Debo pensarlo.

-Está bien –digo sin tanto ánimo mientras me dejo caer de un sentón en la camilla.

La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora