Capítulo 7 - Como caído del cielo

484 29 9
                                    

Pues aquí traigo otro capítulo que me quedó más largo de lo que he estado subiendo. No pensé que fuera a salir tanto D: Juro que ni siquiera he empezado mi tarea con tal de terminar este capítulo y subirlo a Wattpad. ¿Qué tan mal está eso? :s Pero bueno, al menos podré abandonar esto como por un mes! Nah... mentira jajaja.

Espero que les guste -a mí no me convenció del todo- y estaría bien que me dieran alguna opinión :)

Gracias por leer!! <3

-Lo siento, hija. No pensé que ya estuvieras despierta ni con... compañía –posó nuevamente sus ojos en Jackson. Creo que en realidad no estaba tan salvada por la campana, ahora iba a tener que dar ciertas explicaciones a mis padres, empezando por mi mamá.

-Ma’, yo...

-Mejor regreso dentro de un rato –anunció, pero detuve su intención de marcharse.

-Ma’, ven, por favor. Te voy a presentar a alguien –no me quedaba más remedio, tenía que hacerlo tarde o temprano. La mujer entró por completo a la habitación sin despegar sus ojos de Jackson de tal manera que puedo asegurar que estaba tratando de confirmar que no era producto de su imaginación. Debo admitir que su reacción me dio gracia, sin embargo, apreté los labios para obstaculizarle el paso a la sonrisa-. Michael, ella es mi madre Gabriela Viñedo. Mami, él es... –comencé a decir en español.

-Es un placer conocerle, Michael Jackson -saludó antes de que me dejara completar la frase. Mi entrecejo se contrajo, mi madre siempre había manifestado su timidez por hablar el inglés que sabía, ¡hasta conmigo le costaba trabajo practicarlo!, pero ahora mismo lo había hecho y con tanta fluidez -¡No puedo creerlo! –susurró fascinada.

-Es un placer, señora –contestó con suma cortesía haciendo como pequeñas reverencias con su cabeza.

-Mi hija –me señaló- Isabelita, es tu fan número uno –comentó entusiasmada.

¡¿Eeh?! ¿Por qué se le ocurrió decir eso?

Enseguida sentí la mirada de Jackson sobre mí, pero la evité y le ignoré.

-Mamá –volteó a verme sonriendo.

-Hijita, ¿ustedes dónde se conocieron?

-¡Mamá! Eso no es lo importante ahora –le llamé la atención-. ¿Mi papá cómo sigue? –de pronto, gracias a mi brusca intervención, el golpe de toda la fea realidad en la que nos hallábamos inmersos opacó su dulce rostro. Me sentí un monstruo.

-Está estable gracias a Dios –me dijo segundos después-, aunque los doctores dicen que tendrá que quedarse por unos días más –me sonrió- Pero me dijeron que tú ya estás prácticamente bien y mañana te dan el alta. El doctor vendrá en un rato más para hacerte una revisión. Y antes de que preguntes, déjame decirte que los niños están con tu tía Andrea –dichosamente teníamos algunos parientes de este lado del charco; ella era la que más cerca vivía de nosotros, como a tres horas de camino-. Vino para acá en cuanto pude comunicarme con ella y se llevó a los niños para su casa. Están bien –terminó diciendo dulcemente.

Me quedé inmóvil por su sonrisa, pues se me hizo muy familiar. Ya había visto ese gesto en su rostro meses antes, cuando lo de mi hermano. Esa sonrisa me parecía que era más bien como una bandera, un honor a la lucha, a la perseverancia, a la fuerza interna de hierro con la que ella contaba para enfrentar este tipo de situaciones que suelen destrozar a cualquier otro. No era un gesto para mostrarse educada, no era porque estuviera Michael Jackson a unos pasos suyos. No. No era nada de eso, era simplemente su manera de representar a la fortaleza, era su forma de decir: “¡sigue adelante, esto no tiene porqué derrumbarte!”. Mi madre siempre trató de inculcarme esa enseñanza, he ahí la razón por la que no permitió que la oscuridad de ese mal momento la contaminara, y mucho menos frente a mí. Pues otra cosa que también me enseñó es que no debes de predicar lo que uno mismo no lleva a cabo. Era admirable.

La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora