La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)

Capítulo 24 - Más allá de las nubes.

En el capítulo anterior:

Isabel al fin ha admitido a su amigo Adam que siente algo por Michael y piensa demostrárselo, sin embargo, ambos terminan en una batalla de salpicones dentro de la alberca, situación que es malinterpretada por el cantante, quien controlado por su enojo, suelta unas desconcertantes palabras:

-Jamas he estado en contra de las relaciones amorosas entre mis empleados, pero que descuiden el trabajo por estar romanceando tan descaradamente es algo que no tolero muy bien.

Capítulo 24:

Recuerdo con claridad que me sentía algo abatido y cansado. Últimamente había tenido varias complicaciones y problemas con la compañía a la que pertenecía, y con esa reciente reunión de la que venía, la situación no había mejorado mucho, o nada.

Entré a casa después de decirle a mis grandulones que se tomaran el día, después de todo, para el resto de la tarde y noche tenía planeado enajenarme de la realidad y no salir, sólo... sólo quería disfrutar de la presencia de cierta persona.

-Hola, Becky –saludé con brevedad-, ¿has visto a Isabel? –pregunté a mi querida ama de llaves quien estaba en la cocina escuchando música muy concentrada tejiendo algo para su primer nieto que, según me había contado, no le faltaba mucho para nacer.

-Oh, hola, Michael, ¿cómo te fue? –preguntó deteniendo su actividad y quitándose los lentes de aumento de su cara para darme su completa atención.

-Pues... no muy bien, Becky –me rasqué la nuca. Supongo que mi lenguaje corporal expresó las ganas nulas que tenía de charlar sobre el tema, mi interlocutora supo interpretarlo y no insistió en saber más.

-Lo siento, hijo. Y bueno, Isabel... hace rato estaba en la entrada barriendo. ¿No estará en su...?

-Ya la busqué por toda la casa, Becky –era lo primero que había hecho al entrar.

-Oh –su expresión de pensativo se tornó, en un chasquido, en una expresión picara adornada por una sonrisa que también emanaba ternura.

-¿Qué pasa? –pregunté sintiéndome algo intimidado por la forma en que me miraba

-No, no, nada, Michael –aseguró agitando su cabeza mientras movía su mano como restándole importancia.

-Bueno... Seguiré buscándola entonces –anuncié para acto seguido salir de ahí.

Cuando regresé a la sala, me percaté del ruido que había afuera, como de agua que era golpeada y, junto a eso, el sonido de unas voces. Salí y fui al área de la alberca, donde me encontré a Adam e Isabel lanzándose agua el uno al otro tan divertidos como unos chiquillos. De manera inconsciente mi quijada se tensó, no me agradaba verlos juntos en absoluto. Sentía la urgencia de largarme de ahí, pero hice todo lo contrario cuando de pronto vi que Adam arrinconaba a Isabel en una de las esquinas de la piscina y se le acercaba cada vez más. Había sido automático, mis pies habían actuado por su propia cuenta.

Me paré frente a ellos y entonces salieron de mi boca aquellas palabras que hicieron girar sus cabezas de inmediato hacia mí; Isabel estaba sorprendida, pero Adam no, o al menos no se le notó, más lo que sí se notó fue esa mirada severa y de decepción que me lanzó luego de que yo hablara. Eso me enfureció aun más, ¿quién se creía el tipo para verme de esa manera como si fuera yo al que hubieran encontrado in fraganti? Definitivamente los ojos que debían estar impregnados de enojo no eran los de él, sino los míos; y así estaban.