Capítulo 3 - Encuentro

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Ilusamente traté de correr pero era obvio que estaba atrapada, alguien me tomó del brazo. No podía levantar el rostro de la vergüenza.

-¿Quién eres y qué haces aquí?

-L-lo siento, no es lo que usted cree.

-Wilson, sáquela del baño inmediatamente y manténgala detenida mientras llamo a la policía -¡¿Qué?! Fue hasta entonces que levanté la cabeza y miré a ese señor.

-No, no, por favor -el anciano me ignoró y se dio la vuelta para dirigirse a alguien.

-Señor Jackson, siento muchísimo hacerle pasar por este mal momento -le dijo a...

-Michael Jackson -murmuré totalmente atónita. ¡Se trataba de él entonces! Michael se quitó los lentes oscuros y me observó, noté que sus ojos se engrandecieron y se llenaron de sorpresa.

-¿Tú? - dijo en voz baja, y yo fruncí el seño desconcertada. 

-¿Sí? -aclaró su garganta y retomó su compostura.

-Es decir... ¿tú quién eres?

¡No podía creerlo! No, no y no. ¿En verdad está este hombre aquí? ¡¿De verdad?! Tiene que ser un sueño, ¿no?  No sabía cómo sentirme al respecto, fue como si me hubiera bebido de golpe un coctel de sentimientos, sin embargo, le resté importancia pues no era el momento para debatirme en ese tema. 

-Le está hablando el señor Jackson, jovencita -habló con petulancia ese hombre viejo sacándome de mis pensamientos.

-Tranquilo, señor Harrison -pidió Michael calmadamente. En la expresión de ese anciano pasado de peso y bigote blanco se vio claramente que no le agradó del todo que su cliente le dijera eso.

-Me llamó Isabel -respondí en volumen bajo.

-Isabel -repitió y me pareció ver formársele una leve media sonrisa, o quizá solo había sido una mueca.

-Señor Harrison -habló el otro hombre joven-, creo que será mejor que nos vayamos para allá -señaló el área de los estantes- y dejemos al señor Jackson entrar al baño -miré a la superestrella agachar su cabeza como si estuviera apenado.

-Oh, sí, sí. Sólo déjeme revisar el área por si las dudas -rodeé los ojos mientras el sujeto echaba un vistazo al retrete y al bote de basura. No entendí que pretendía encontrar en esos lugares-. Todo está en orden, Señor Jackson. Vayámonos de aquí, Wilson -éste me llevó del brazo.

-Esperen -se asomó Michael-. No llamen a la policía, por favor.

-Pero, señor, tenemos que hacerlo, esta muchacha es una delincuente.

-¿Qué? ¡Oígame, yo no soy ninguna delincuente! -espeté. 

-¿Lo ve? -sonrió-. Por favor, no lo haga.

-Está bien, está bien -aceptó de mala gana. Claro, seguro no podía oponerse demasiado a alguien que representaba mucho dinero. 

Apenas unos minutos de conocerle, y ese tal Harrison me resultaba desagradable. No esperaba que me tratara como si fuera una invitada o algo así, obviamente estaba inquieto y molesto porque yo, una total desconocida, estaba dentro de su negocio. Además había arruinado su reunión con su cliente, pero no cualquier cliente, sino el mismísimo Rey del pop. Sin embargo, había algo en los ojos de ese sujeto, era desprecio y repudio hacia mí, y, sinceramente, no creo que la situación que provoqué hubiera sido para tanto como para que me viera así.

En fin, me sentaron en una silla y, tras mostrarle mi identificación y que no me había robado nada, comenzaron a cuestionarme. En ese momento, el Rey ya había salido de su "trono", justo a tiempo para oír mi relato. 

La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora