Capítulo 16 - Necias sensaciones

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En el capítulo anterior: 

Finalmente Isabel y Michael salen juntos por primera vez. Isabel, quien se empeña en no considerar su salida como una cita, no puede evitar sentirse algo nerviosa. Por su parte, Michael, aprovechando que se ha tenido que disfrazar para lograr andar por la calle sin seguridad y no ser reconocido, no pierde la oportunidad de gastarle una broma a la morena. 

Y, ¿qué sucede después? He aquí el capítulo 16 para averiguarlo.

...

-Dios, esto se siente tan bien -comentó en voz baja mientras salíamos del estacionamiento para dirigirnos al restaurante.

-¿Uhm? -expresé un tanto desconcertada, ¿a qué se refería?, ¿al clima?

-Oh, lo siento -dijo al percatarse de mi mirada expectante-. Me refería a esto -extendió los brazos con las palmas de las manos encarando al cielo. Parecía como si fuera a dar un abrazo o como si estuviera en pose final tras concretar algún número de entretenimiento.

-¿Eh?, ¿a qué? -seguía sin comprender.

-¡A esto! -señaló el piso con ambas extremidades superiores. Levanté una ceja. ¡No entendía de qué hablaba! Al ver que aún no daba en el blanco, lanzó un gran suspiro dándose por vencido-. Isabel, ¿por qué crees que me puse este disfraz? -inquirió en volumen bajo y en un tono un poco más grave de lo usual cerca de mi oído. ¡Madre mía! Su voz había sido para mis oídos lo que un exquisito y delicioso perfume es para el olfato. Sentí un ligero cosquilleo que se extendió hasta mi cuello-. No creerás que fue solo para gastarte la broma...

-Ah, ya... Ya entiendo... -al fin había reflexionado correctamente sus palabras. Me resultó muy impresionante descubrir que lo que para nosotros es tan común y rutinario hasta el grado de no pensar en ello como si no existiera, para otros es como un sueño, una aspiración en la cual, lo más seguro, piensan constantemente. En este caso, caminar en la calle con libertad era algo tan normal para mí, pero para Michael representaba algo extraordinario-. De hecho, estaba preguntándome eso durante el camino, me preguntaba por qué te habías disfrazado -el hombre sonrió levemente de lado.

-Es la única manera en la que puedo salir sin llamar la atención -comentó como si nada, sin embargo, me pareció percibir un ligero toque de tristeza, o quizá había sido cosa mía. De todos modos, pensar en su situación me había hecho sentir algo de pena.

-Sí... -¿Qué será apropiado decirle?, ¿cuáles serán las palabras correctas para animarlo? No tenía idea, nunca había sido una gran elocuente para este tipo de ocasiones. Mi manera de brindar consuelo o aliento era a través de un abrazo, un apretón suave de manos, una media sonrisa en señal de empatía; pero la vergüenza reprimió las ganas de hacer cualquiera de esas cosas.

Entramos al restaurante y una vez estuvimos en la mesa que Jackson había reservado, se acercó una chica, la mesera, para darnos un par de cartas del menú. Ordenamos y luego nos dispusimos a esperar dando paso al silencio, el cual me puso algo inquieta. No sabía sobre qué hablar, no sabía qué tema de conversación podía interesarle. No quería quedar como una estúpida hablando sobre cualquier bobería, pero tampoco deseaba que se prolongara más esta ausencia de palabras. Aunque para empezar... ¿por qué me preocupo tanto?

-¿Sucede algo? –cuestionó Michael de la nada, lo que hizo darme cuenta de que estaba haciendo muy evidente mi sentir.

-No, no.

-¿Segura?

-Sí –respondí con una sonrisa a la vez que asentía.

-¿Y qué te parece el lugar? –llevó sus ojos a un recorrido por el área. Le imité.

La historia desconocida de Michael Jackson (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora