Capítulo 11.

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Las emociones estaban a tope.

Los Ángeles se estaban mordiendo las uñas, algunos movían sus pies, golpeando el suelo con nerviosismo. Los Serafines estaban intentando ocultar sus nervios de lo que venía con expresiones serías.

Elohim estaba con los ojos cerrados, meditando profundamente.

Del lado de los caídos y Diablos, había bastante expectativa, aunque los principales líderes estaban seguros que cualquier resultado sería malo para ellos.

Lucifer y Belcebú estaban pensando en las posibilidades, la probabilidad, y lo demás sobre cualquier situación.

Shiva estaba ansioso de ver la pelea. Algo dentro de él le decía que esta pelea sería de las mejores que vería en años, antes que siquiera pase algo importante.

Dante estaba esperando ver al que ya estaba seguro iba a ser su abuelo o al menos cercano, y ver si no terminaba siendo otro Mundus.

Vergil estaba por el mismo camino. Nero, por su lado, estaba durmiendo a pierna suelta en las piernas de Kyrie, que le estaba acariciando el cabello.

Kratos, Mimir y Sparda estaban en su conversación, ya que Buda fue por ahí a hablar con alguien.

La pantalla brilló.

Sin embargo, quedó en total oscuridad.

Una música empezó a sonar, cuando la pantalla mostró la primer escena.

<Anthem of The Dead. God of War 3 soundtrack.>

El campo de batalla era una imagen que dejaría marcas en las mentes de las personas más descerebradas.

Cuerpos tendidos, y armas esparcidas por el suelo o incrustadas en los cuerpos.

Montañas de cadáveres, sin importar la facción a la que pertenezcan.

Charcos de sangre, alas, incluso miembros separados de su cuerpo en todos lados.

Una visión desgarradora de una guerra que había comenzado hacía mucho tiempo.

Algunos tuvieron que contener el vómito, incómodos ante la horrible vista. Los que menos voluntad tenían terminaron vomitando en un balde que apareció frente a ellos, para no ensuciar más de la cuenta.

“Por Dios…” – Irina nunca había visto algo así. Había visto gente muerta, hecha pedazos, pero esto… La superó.

Gabriel se limpió en silencio las lágrimas de tristeza que salían de sus ojos, mientras una incómoda Griselda ayudaba a la perdida Xenovia al ver… eso.

Los dioses no se alteraron. Habían visto y, la gran mayoría, hecho cosas iguales en sus vidas.

Nero, que se despertó, abrazó a la temerosa Kyrie que sintió que esto era mucho, mucho peor que lo ocurrido con Sanctus, o incluso lo de Urizen.

Atreus trago levemente. La guerra era… Peor de lo que imaginaba.

La magnitud de la perdida era incomprensible. Era imposible contar a los seres que habían muerto.

Sus pies pasaron por los charcos de sangre, manchando sus botas de oro con sus pasos lentos y pesados.

Sus piernas se cubrían con una armadura dorada, aquella que había portado con tanto orgullo cuando era la mano derecha y la voluntad de Dios.

Leyendo: &quot;Naruto Lucifer: El Ángel Más Bello de Dios&quot;.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora