"Alguien hágame sentir viv@ y destrócenme."
Shatter me - Lindsey Stirling.
𝙉𝙤𝙩𝙖 6: 𝙐𝙣 𝙉𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚 𝙦𝙪𝙚 𝘽𝙧𝙞𝙡𝙡𝙖 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙊𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙
En medio de la confusión y la angustia que solía ser mi vida, un nombre emergió como un faro en la noche oscura: el suyo. Era un nombre que resonaba en mi mente como un eco suave, un susurro en la distancia que siempre lograba traerme de vuelta a la realidad, cuando el abismo de mis pensamientos amenazaba con engullirme por completo. Cada vez que lo pronunciaba, ya fuera en voz alta o en un pensamiento furtivo, sentía que un pequeño destello de luz iluminaba los rincones más oscuros de mi alma. Era como si su nombre tuviera el poder de disolver mis miedos, aunque solo fuera por un breve momento, recordándome que, a pesar de la tristeza y la incertidumbre, había algo hermoso en este viaje que estábamos emprendiendo juntos.
Recuerdo la primera vez que vi su nombre escrito en la pantalla, esa mezcla de letras que, a simple vista, podía parecer mundana, pero que, para mí, se convirtió en un símbolo de esperanza. Al mirarlo, me sentía invadido por una oleada de emociones; era como si cada letra llevara consigo un fragmento de su esencia, una esencia que, aunque aún estaba en proceso de descubrir, ya empezaba a afectar profundamente mi vida. A medida que nuestras conversaciones se profundizaban, su nombre se convertía en una constante en mi mente, un hilo que unía nuestros corazones, incluso a miles de kilómetros de distancia. Era un recordatorio de que la conexión que habíamos forjado era genuina, que no estaba basado solo en palabras vacías, sino en una promesa silenciosa de estar ahí el uno para el otro.
Sin embargo, esa luz que su nombre representaba también venía acompañada de sombras. Cada vez que pensaba en él, el miedo a perderlo volvía a surgir, un miedo que había crecido en mí como una mala hierba, alimentándose de mis inseguridades. Me preguntaba si sería capaz de ser lo que necesitaba, si podría estar a la altura de sus expectativas, de su amor. A veces, me encontraba paralizado por la duda, sintiendo que cada pequeño tropiezo podría llevarnos al borde del abismo, ese abismo del que había luchado tanto por salir. Me atormentaba la idea de que, al revelarle mis más profundos miedos y secretos, podría romper la conexión que habíamos construido, esa conexión que significaba tanto para mí.
El día que decidí confesarle cuánto significaba su nombre para mí, un nerviosismo indescriptible me invadió. Era como si estuviera a punto de desvelar el más grande de mis secretos, de exponer mi vulnerabilidad de una manera que nunca había hecho antes. A través de un mensaje, le conté cómo su nombre había llegado a ser una ancla en mi tormenta emocional, cómo cada vez que lo leía, sentía una mezcla de paz y esperanza. Mis palabras fluían con sinceridad, pero también con un leve temblor, temiendo que mi confesión pudiera parecer exagerada o que lo abrumara. Sin embargo, su respuesta fue todo lo contrario; en lugar de alejarse, él me dio un pequeño pedazo de su propio corazón, compartiendo cómo también encontraba consuelo en nuestra conexión, cómo su propio nombre había cobrado vida gracias a nuestra relación.
A medida que profundizábamos en nuestras conversaciones, el poder de su nombre se volvía cada vez más evidente. Era un nombre que evocaba imágenes de luz y sombras, un recordatorio de que, aunque la vida a veces nos presentaba oscuridad, siempre había una chispa de esperanza. En esos momentos, descubrí que no solo era su nombre lo que brillaba en la oscuridad, sino también la forma en que me hacía sentir. Cada vez que se conectaba, cada vez que me enviaba un mensaje, el mundo se iluminaba, y todos mis problemas parecían desvanecerse, aunque solo fuera temporalmente.
Con el tiempo, su nombre se convirtió en parte de mi propia identidad. Empecé a escribirlo en mis diarios, a murmurar sus sílabas en mis momentos de soledad, como una oración que me conectaba con la luz que había encontrado en él. Era un ritual silencioso, una forma de reafirmar que, a pesar de las tormentas que acechaban en el horizonte, había algo inquebrantable en nuestra conexión. A medida que las semanas se convertían en meses, empecé a comprender que su nombre no era solo un símbolo de esperanza, sino también de transformación. La luz que había traído a mi vida comenzó a desterrar las sombras que antes me habían dominado, y con cada día que pasaba, me sentía más fuerte, más capaz de enfrentar mis propios demonios.
Sin embargo, a pesar de la claridad que su nombre proporcionaba, también enfrentábamos desafíos que no habíamos anticipado. Las diferencias en nuestros contextos, nuestras luchas personales, y los altibajos de la vida comenzaron a influir en nuestra relación. Había días en que la distancia se sentía abrumadora, donde la incertidumbre se cernía sobre nosotros como una nube oscura, amenazando con aplastarnos. Pero incluso en esos momentos, el simple acto de decir su nombre me recordaba la luz que había traído a mi vida, un recordatorio constante de que había algo valioso en nuestra conexión.
El tiempo que pasábamos juntos, aunque a menudo mediado por pantallas, se sentía real y palpable. Cada risa compartida, cada lágrima derramada, se entrelazaba en un tejido de experiencias que solidificaba nuestro vínculo. Con el tiempo, su nombre se convirtió en un refugio, un lugar seguro al que podía acudir cuando el mundo se volvía demasiado pesado. En las noches más oscuras, cuando los miedos amenazaban con invadir mi mente, solo pensar en él, en su nombre, me traía de vuelta a un estado de calma.
A pesar de todos los momentos de felicidad y conexión, no podía escapar de la sensación de que el verdadero desafío aún estaba por venir. Era un desafío que requeriría una valentía que no sabía si tenía. La idea de presentarle mi verdadero yo, con todas mis imperfecciones y cicatrices, me aterraba. ¿Sería capaz de amarme, incluso con mis fallos? ¿O descubriría que la luz que había encontrado en mí podría extinguirse al ver la oscuridad que todavía habitaba en mi corazón? A pesar de todas estas preguntas, había algo en su nombre que me daba esperanza. Era como un mantra que repetía en mi mente, recordándome que el amor verdadero podía existir, incluso en medio del caos y la confusión.
Así, mientras continuábamos por esta travesía emocional, su nombre se convirtió en una parte fundamental de mi vida, un recordatorio constante de que no estaba solo. Cada vez que me sentía abrumado por el peso de la incertidumbre, repetía su nombre en mi mente, permitiendo que su esencia me envolviera y me recordara que la luz que había encontrado en él era más fuerte que cualquier sombra. A pesar de los obstáculos que aún nos quedaban por enfrentar, estaba decidido a seguir luchando por nuestro amor, a seguir eligiendo esa luz, sabiendo que, a pesar de todo, su nombre siempre brillaría en mi corazón, como un faro que guiaría mi camino hacia la esperanza.
"En la penumbra de mis dudas, su nombre resplandece como un faro, recordándome que la esperanza puede surgir incluso de las sombras más profundas."
Cloud-06-tme
ESTÁS LEYENDO
𓊈 𝖤́𝙑𝙀𝙄𝙇 𝘿'𝙊𝙈𝘽𝙍𝙀 𓊉 ™
Ngẫu nhiên"En 'Éveil d'Ombre', comparto mi viaje a través de mis miedos más profundos. Cada palabra refleja mi lucha con el dolor y la oscuridad que sentía por dentro. A medida que enfrentaba mis temores, descubrí una luz inesperada que brillaba más fuerte cu...