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—Lleva dormido bastante, la última vez que durmió tanto fue después de la primera vez que cogimos —dice ante la pantalla del teléfono.

Yoongi adoptó su forma humana para contestarle a Jin, el cual está un poco sonrojado por el poco pudor que tiene el novio de su mejor amigo.

—Espera, primero tienes que explicarme lo que dijiste antes —habla, refiriéndose a una de los primeros datos que soltó el demonio como si fuera lo más común del mundo.

—¿Crees que esté muy... cansado o enfermo? —sigue con su hilo de conversación.

—No, sólo que le fundiste el cerebro por tanto orgasmo —dice claro—. Despertará en un par de horas máximo.

—Oh... le hablaré al doctor si no lo hace.

Jin quiere decirle que también le ha pasado eso de morir después de un orgasmo, pero no quiere ser tan explícito como lo es el novio de Jimin.

—Mejor dime, que es eso de que viven juntos —usa un tono incriminatorio, al ser el mejor amigo se siente puesto de lado, no puede creer que no supiera esa información tan importante.

—Bueno, pensé que ya lo sabías —dice con obviedad.

—No, por lo que veo Jimin ha estado muy ocupado entre tus piernas estos días y no ha tenido tiempo para cotillear.

—Oh, pues... se mudó a mi departamento. Nada extraño —explica vagamente.

—Jamás creí que eso sucediera con él...

—¿A qué te refieres? —usa un tono más bajo para no despertar a su humano.

—Bueno, está acostumbrado a ser independiente, él debe quererte mucho para irse contigo.

—Oh...

Le observa dormir plácidamente y algo se remueve en su interior.

—Él debe amarte mucho.

—Sí... —afirma porque puede ver los sentimientos claramente.

—Me alegra bastante —dice con voz honesta, Yoongi gira hacia Jin, observando su rostro sonriente a través de la pantalla—. Después de todo lo que ha pasado, se merece a alguien que lo ame tanto como lo haces tú.

Yoongi calla y sólo asiente, sintiéndose extrañamente inconforme y perturbado con las palabras de Jin. El aura amarillenta de Jin es el claro ejemplo de que no hay maldad en sus palabras, sólo honestidad.

Yoongi maldice que esos dos siempre hagan videollamadas, no puede ocultar sus expresiones fácilmente ante los ojos tan escrutadores de Jin mostrados en la pantalla.

—Bueno... —suspira resignado—. Tengo que colgar, dile a Jimin que hable cuando despierte y no esté disfrutando su vida de recién emparejado, tengo que contarle algo muy importante.

—Sí.

Ciao —dice antes de que la llamada se corte.

Se merece a alguien que lo ame tanto como lo haces tú, repite en su cabeza, molesto con esa verdad. La tarde la pasó con la cabeza llena de pensamientos extraños y discordantes. Es como si un lado de él supiera que es incorrecto lo que está haciendo con Jimin, pero el otro simplemente pasara de ello.

Es un demonio, no procesa las emociones igual que un humano, le cuesta mucho entender cómo se debe sentir realmente Jimin con todo su acuerdo y con las vivencias de los últimos días.

Sus instintos primitivos quieren despertarlo para volvérselo a coger, pero su lado sensato le dice que debe estar exhausto por tanto sexo y que necesita descanso.

Cubiertos de Iridiscencia «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora