Capítulo VI - En el ojo del Huracán

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La cuenta regresiva para ir a Hogwarts había comenzado; Su abuelo le dio esa ultima semana para descansar un poco de sus deberes, y como siempre que podía Severus vagaba por los terrenos de Prince Manor, Le había llevado al menos  casi cuatro años...

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La cuenta regresiva para ir a Hogwarts había comenzado; Su abuelo le dio esa ultima semana para descansar un poco de sus deberes, y como siempre que podía Severus vagaba por los terrenos de Prince Manor, Le había llevado al menos casi cuatro años estar donde estaba, se había perdido de la amistad con Lily, pero sabía que era para mejor, al menos la vería viva y feliz, la cuidaría desde las sombras como lo hizo con su hijo, claro que intentaría ser su amigo nuevamente, pero al no estar tan apegados como la primera vez, no causaría un descontento con Potter, con quien ya tenía una amistad, había sido pura suerte que se encontraran en el callejón Diagon.

Severus sabía que tener a Potter en el bolsillo era una gran ventaja, ahora solo faltaban el chucho y el lobo, porque nunca estaría en buenos términos con la rata, el no podía cambiar lo que era, así que uno de sus planes era alejarlo de los merodeadores; lo que seguía era intentar diezmar las filas del lord, lo que sería más fácil decir que hacerlo, cambiar ideales tan arraigados sería complicado y de mucha paciencia, la nueva generación de mortífagos no confiaría en el a menos que este nuevamente en Slytherin; otro problema era los horrocruxes que estaban esparcidos, en su futuro ahora pasado, el viejo Albus y el creían que habían por los menos más de cinco, en este tiempo solo podría estar seguro de dos, el primero que casi mata a Dumbledore, el anillo de Sorvolo Gaunt y del diario de Tom Ryddle que casi mata a Potter y que en un futuro será de Lucius.

Tan profundo se encontraba Severus en sus pensamientos que no se dio cuenta de lo lejos que camino de casa, al levantar la vista solo se encontró dentro del profundo bosque que rodeaba su hogar, "Genial, sin varita y sin camino", Severus dio una vuelta entera en el mismo sitio, buscando con que ubicarse, pero nada se le hacia conocido, lo mas seguro es que desde hace tiempo se había salido del camino.

Después de 10 minutos de caminata sin sentido, se detuvo, pronto anochecería y si no aparecía para la cena tendrían que buscarlo, así que solo se sentó a la sombra de un inmenso árbol, cuyas raíces crearon un pequeño agujero donde esperaba no estuviera algún animal.

-Sal.-Unas pequeñas voces, interrumpieron la espera de Severus. - No, tu sal. – Severus buscaba el origen de aquellos pequeños siseos. - ¡Basta! Ni una debe de salir.

- ¿Quién está ahí? – Severus casi se golpea por tan estúpida pregunta, pero sabía que era válida, nadie debería andar por aquí.

-Shhh. -El silencio solo fue su respuesta y después de buscar con la vista quien podría ser los dueños de tales voces sus ojos se encontraron con seis pares de ojos verde intenso, la pequeña serpiente de tres cabezas estaba justo en el hueco debajo del árbol.

- ¿Hola? – Esta era la primera vez que usaba el don con el que negocio antes de regresar al pasado, incluso Severus llego a pensar que aquella figura le había mentido totalmente, pero ahora no tenia dudas, entendía a las serpientes, entendía a esta pequeña serpiente, este no era más que uno de sus deseos más ocultos.

En el Umbral del Deseo -Snames-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora