Capítulo 11

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No me dijo en cuanto tiempo más vendrá, así que decido sacarme esta ropa y maquillaje. Me doy una ducha rápida pero recojo mi cabello en una coleta alta para no mojarlo. Evito ponerme el camisón blanco y opto por un pijama más simple, no quiero que piense que lo estoy provocando. Escojo una camiseta manga larga color celeste y unos shorts gris. Me dejo el pelo suelto y como me saqué el maquillaje, me pongo crema hidratante me encrespo las pestañas y pongo un bálsamo en los labios. Luzco natural, es lo mejor, si se decepciona de mí mejor que sea ahora. He llegado a pensar que solo me busco esta noche por cómo me veía con esa ropa y bueno por el baile con Chris.

Me senté en mi cama a leer Orgullo y Prejuicio, que apropiado. De pronto siento que llaman a la puerta, me levanto y voy a abrir. Henry hasta con pijamas está perfecto, en este momento me maldigo por no haberme arreglado. Él es muy guapo, tanto así que no consigo mirarlo a la cara por mucho tiempo. No puedo evitar sentirme intimidada y poca cosa al estar cerca de él.

Cierro la puerta mientras él camina hacia la cama para recostarse en ella. Yo estoy tan nerviosa que no sé qué decir, así que solo me dedico a seguirlo. Se sienta en la cama y yo sigo de pie. Me atrae hacia él por la cintura y levanta su hermoso rostro para mirarme.

-"Te vez adorable"- dice provocando que me sonroje instantáneamente.

-"Gracias tú...tú también"- mi voz suena nerviosa al responder. Okey el no luce adorable, se ve ridículamente sexy con el pelo desordenado, un pantalón de pijama y una camiseta negra apretada.

-"Vaya, nunca nadie me había dicho que soy adorable"- se rie y no puedo evitar reírme con él.

Me suelta de la cintura y se acuesta. Yo sigo ahí de pie como tonta, es que de verdad no pudo creer que tengo un hombre así en mi cama.

-"Amelia acuéstate conmigo, no haré nada...nada que tú no quieras que haga".

Definitivamente ya no sé de qué color estoy. Me doy la vuelta y me recuesto al otro lado de la cama. Henry se da vuelta y quedamos los dos de lado mirándonos. ¡Madre mía!

-"Amelia eres hermosa."- Dice tomándome un mechón de cabello y poniéndolo detrás de la oreja.

-"Por qué dices eso yo, yo sé que no estoy mal pero tu definitivamente debes estar miope porque no soy hermosa.

-"¿Es que acaso no tienes espejo? ¿Acaso no sientes tu cuerpo?"- Cuando dice eso hace que me estremezca. ¿De verdad le gusto? ¿Se tomaría tantas molestias sino fuera así? -"Amelia la primera vez que te vi, me refiero a cuando ocurrió el incidente con el café, sentí algo. Cuando chocaste contra mi cuerpo sentí una especie de electricidad y al momento de mirarte a los ojos sentí como si tuviera enfrente a un ángel. No estoy acostumbrado a tratar con ángeles. Siempre estoy rodeado de frivolidad, mujeres que intentan por todos los medios llamar la atención. Tú en cambio sigues pareciendo ángel, incluso cuando te arreglas y te vistes sexy como hoy. Aunque me moleste decirlo tenías a más de uno baboso por ti en el club, ¿Acaso no te diste cuenta?

-"Sí, pero pensé que tal vez miraban a Grace"

-"Pues no tontita, te miraban a ti, aquí no estamos acostumbrados a bellezas latinas como la tuya y más cuando tu cara es tan dulce pero tu cuerpo tan sexy."- dice tomándome de la cintura y atrayéndome más hacia él.

-"¿Te gusto de veras?"- mis palabras salieron antes de que de verdad me diera cuenta de que las dije.

-"Amelia, tú me encantas"- responde posando tiernamente sus labios sobre los míos. Se aparta suavemente y me dice:

-"Dime algo Amelia, ¿Tú has tenido novios verdad?, ¿acaso nunca te decían lo sexy que eres mientras follaban? "

Mierda. ¿Me acaba de preguntar lo que me acaba de preguntar? En estos momentos ya debo estar purpura de la vergüenza. Decido ser lo más sincera aunque me cueste.

Atraída a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora