Capítulo 24

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Nunca sentí tanta alegría un lunes por la mañana. No puedo creer lo bien y lo feliz que me siento. Es inevitable repasar en mi mente uno a uno los motivos de mi felicidad, estoy en un país que siempre quise conocer, en una universidad maravillosa, con una familia que me ha acogido muy bien y con un hombre al cual amo como nunca pensé que podría hacerlo. Es tan perfecto todo que me asusta. Aunque lo que no me deja disfrutar por completo de esta felicidad es el estar lejos de mi familia, el no poder hablar con mamá y contarle sobre Henry, no poder abrazar a papá ni poder jugar con mi hermanita. Extraño hablar con Sofía, me dan ganas de contarle la maravillosa noche que pasé con Henry, lo dulce que fue y lo bien que me sentí pero a decir verdad me resulta algo incomodo contar algo como eso por teléfono. Tal vez lo haga por chat, pero me da mucha vergüenza.

Como deje todo listo ayer por la noche, estoy a tiempo para tomar desayuno tranquila. Bajo de una vez mi mochila y mi abrigo para no volver a subir. En la cocina esta Julia.

–Buenos días Julia– saludo al tiempo que me siento en la mesa ya servida.

–Buenos días Amelia. Que contenta te ves hoy y eso que es lunes por la mañana– no hago más que sonreír mientras intento tragar con dificultad el trozo de fruta que tenía en la boca.

–Sí, supongo que es porque hay un lindo día afuera y a pesar del frio hay que disfrutarlo– Julia solo me mira de reojo, sabe que algo bueno debió pasarme, pero no hace preguntas, solo se dedica a sonreír y a asentir con la cabeza.

Miro el reloj y noto que se está haciendo tarde, me despido de Julia y rápidamente voy por las cosas que deje en la sala. Me pongo mi abrigo azul, mi gorro y salgo de casa. Es inevitable una vez en el auto no escuchar música. Subo el volumen y me pongo a cantar a todo pulmón. Por mi cabeza pasan un montón de pensamientos que me llenan de energía y optimismo, me gustaría que fuera siempre así, pero soy realista, no todo en la vida es felicidad. Sin embargo decido dejar de lado ese pensamiento y disfrutar del ahora.

Estoy estacionando el auto cuando de pronto me llega un whatsapp, es de Henry.

Buenos días Amelia, espero que hayas amanecido bien. Te deseo una buena semana. Pendiente al teléfono, te llamaré para que nos pongamos de acuerdo para vernos hoy. Solo si puedes claro. 8.55

Por supuesto que puedo y quiero... es más, tenía miedo de proponerlo yo. A veces me da miedo que se sienta ahogado o incomodo.

Buenos días, la verdad amanecí muy bien, espero que tu también. Por supuesto que puedo además el día está muy bonito. Ya tengo que entrar a clases voy tarde. Que tengas un buen día en el trabajo. Un beso. 8.57

Sin demora responde.

Tú también preciosa, otro beso para ti.

Me dirijo a toda prisa al salón de clases. La clase comienza a las 9, pero por suerte el Profesor Leighton nunca llega a la hora. Llego al salón y ocupo el lugar junto a Lilian.

–Hola Lilian– la saludo mientras dejo las cosas en mi mesa.

–Hola Amelia– responde algo apagada.

– ¿Mal fin de semana? Te oigo algo desanimada.

–Digamos que lo anduvieron arruinando un poco. A veces pienso que hay gente que huele la paz e intenta arruinarla.

–No quiero ser entrometida pero ¿te paso algo? – apenas salieron las palabras de mi boca me arrepentí. No quiero invadir a Lilian, ella ha sido muy reservada desde que la conocí, pero algo en su expresión me llevo hacerlo, me da la impresión de que necesita desahogarse.

–Paso mi hermana mayor, está de vuelta.

–Yo...no sabía que tuvieras hermanos– y es verdad. Siempre hablamos de mí, ella siempre se ha mostrado más interesada en saber de mí que de hablar de ella misma. En un principio lo atribuí a que le llamaba la atención por ser extranjera, con el paso de los días descubrí que es porque prefiere centrar la atención en más en otras personas que en ella misma. Es por eso que me sorprendió la respuesta que me dio al preguntarle si le paso algo.

Atraída a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora