Capitulo 25

2.8K 160 20
                                    

Amelia

El camino a casa de Henry se me pasó rapidísimo, entre las canciones y las risas es fácil perderse en el tiempo. Me pregunto si a él le pasará igual. Me imagino que sí, creo que cada vez me acostumbro más a esta versión de Henry tranquilo y sonriente, atrás va quedando su expresión seria y su postura arrogante. Nos bajamos del auto y nos disponemos a subir al edificio. Subimos al ascensor y al cabo de un minuto estamos en la puerta de su departamento. Nada más al abrir un delicioso aroma se percibe en el aire. La mesa esta puesta y mientras Henry me quita el abrigo una sonriente mujer de mediana edad sale de la cocina.

–Llegaste y justo acabo de terminar – dice dejando sobre la mesa una fuente con lo que parece ser pavo cortado en medallones.

–Perfecto porque tenemos mucha hambre y huele delicioso– dice Henry mientras abre el armario para colgar su abrigo. Luego de eso se dirige a la mujer y le da un beso en la mejilla dándole las gracias. Ella lo mira con cariño.

– ¿Y no me vas a presentar a esta señorita tan bonita que te acompaña? – le dice poniendo sus brazos en forma de jarra.

–Claro que sí. Magda, te presento a Amelia mi novia y Amelia te presento a Magda­– me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla. Al instante que lo hago me arrepiento, puede sentirse invadida, todavía no me acostumbro a guardar las distancias, en mi país es de lo más natural. Pero no, para mi sorpresa ella me estrecha en un abrazo.

–Me da gusto conocerte por fin Amelia. Grace me conto sobre ti, digamos que este muchacho es demasiado reservado como para hacerlo, claro puede callar, pero su cara de felicidad últimamente no me lo podía ocultar– dice mientras se aleja de mi para mirarme. – Eres muy bonita.

–Gr..Gracias– respondo tímidamente.

–Bueno es hora de irme, la cena está preparada lista para servir–

–Gracias Magda, por favor pide un taxi no quiero que andes sola por ahí.

–Está bien, pediré uno en la portería. Nos vemos Henry, un gusto conocerte Amelia– se acerca a mí para despedirse y luego se dirige al armario para recoger sus cosas. Henry la acompaña y cierra la puerta tras ella. Nuevamente solos.

Magda miraba a Henry con mucho cariño, me pregunto hace cuanto trabaja para él.

–Bueno está todo listo no perdamos más tiempo, dice Henry acercándose y tomándome por la cintura – A cenar.

–Huele delicioso– iré a lavarme las manos. Digo tratando de apartarme pero me aprieta con fuerza.

­­­–Vamos– dice volteándome para luego tomarme en brazos. Rodeo su cintura con mis piernas y sonrió. Me sonríe de vuelta sin apartar sus ojos de mis labios ysin poder resistir lo beso.

Llegamos al baño y me deja delicadamente en el suelo. No digo nada y volteo para lavarme las manos. Miro a través del espejo y Henry no me quita los ojos de encima. Me toma por la cintura y me voltea para quedar frente a frente. Luego coge la toalla y me la da para que seque mis manos. Se la devuelvo y me sienta delicadamente sobre el mueble de baño mientras continúa bajando de mi boca a mi cuello. Mis dedos juegan delicadamente con su cabello mientras su boca se hunde en mi piel.

–Creo que la cena tendrá que esperar– dice sonriendo con sus labios en mis labios.

–Por suerte existen los microondas– le respondo.

En la misma posición me levanta y camina hacia fuera del cuarto de baño. Me dejo llevar y no dejo de besarlo.

Llegamos a su habitación y me recuesta sobre su cama. Quedo de rodillas y él de pie junto a esta. Rápidamente mis manos se extienden y quitan su sudadera, luego hago lo mismo con su camiseta. Al darme cuenta de lo que estoy haciendo siento un poco de vergüenza, y mis mejillas se encienden por arte de magia. Sin embargo, sentir nuevamente el calor de su boca en la mía, y sus manos deshaciéndose de mi ropa hace que no me arrepienta de mi acción anterior y me felicite a mí misma por tomar la iniciativa.

Atraída a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora