JUEGO DE PODER | Blair Parker es llamada de muchas formas menos por su nombre.
Ella es para la prensa y el resto del mundo "La abogada del diablo", conocida por ser la única defensora de todos los criminales que los héroes se esfuerzan por liquidar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▱▰▱▰▱▰▱▰▱▰▱▰▱▰▱▰▱▰▱
—Si Grayson piensa que me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que él haga todo el trabajo, está más loco de lo que pensaba —murmuró Blair para sí misma mientras se bajaba del auto. Había estacionado a unas pocas calles del viejo almacén, asegurándose de que su coche no llamara la atención. Se ajustó la chaqueta, ocultando su rostro bajo una capucha y comenzó a caminar hacia el lugar, sus pasos resonando suavemente en la noche silenciosa.
El almacén estaba oscuro, y la única iluminación provenía de la luz parpadeante de un poste de luz callejera a unos metros de distancia. Se acercó sigilosamente, evaluando las entradas y salidas, buscando cualquier signo de actividad. No veía a Grayson por ningún lado. Seguro se había ido a dormir temprano, pensó con sarcasmo. Aquel tipo era demasiado recto para estar merodeando de noche por las calles de Blüdhaven. Sonrió para sí misma, imaginando a Grayson con su pijama y su taza de té, muy lejos del peligro.
Se deslizaba hacia el costado del almacén, hasta que escuchó un leve ruido. Se detuvo en seco, su respiración contenida mientras aguzaba el oído. Voces. Hombres hablando en voz baja, discutiendo algo. Se movió con más cautela, pegándose a la pared y avanzando hasta encontrar una pequeña ventana sucia. Echó un vistazo rápido y pudo ver dos figuras al interior, iluminadas por la luz tenue de una linterna.
Blair retrocedió un paso. Necesitaba escuchar de qué hablaban. Si estaban relacionados con la droga, cualquier información podría ser útil. Dio un paso hacia atrás para buscar una mejor posición cuando su pie rozó una caja metálica en el suelo, haciéndola tropezar ligeramente. Maldijo en silencio por no haber visto la caja antes, pero no tuvo tiempo de reaccionar. De repente, sintió una mano fuerte cubrir su boca, sofocando su grito instintivo de sorpresa.
Intentó liberarse, luchando contra el agarre, pero se detuvo al escuchar una voz baja y familiar junto a su oído.
—Tranquila, soy yo. —Nightwing la sujetaba con firmeza, pero sin hacerle daño. Aflojó su agarre y Blair se giró rápidamente para verlo.
—¡¿Tú?! —siseó Blair, su corazón aún latiendo con fuerza por el susto—. ¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Siguiéndome?
Nightwing la soltó, levantando las manos en señal de paz.
—Debería preguntarte lo mismo. No es precisamente seguro andar por aquí sola —respondió con una sonrisa que, incluso en la penumbra, Blair pudo ver.
Blair cruzó los brazos, mirándolo con desdén.
—No necesito que juegues al héroe conmigo. Puedo manejar esto.
Nightwing negó con la cabeza, pero había un brillo divertido en sus ojos.
—¿Ah sí? Porque desde aquí parecía que estabas a punto de meterte en problemas.
