JUEGO DE PODER | Blair Parker es llamada de muchas formas menos por su nombre.
Ella es para la prensa y el resto del mundo "La abogada del diablo", conocida por ser la única defensora de todos los criminales que los héroes se esfuerzan por liquidar...
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—Esto es lo que encontraste —repitió Dick, apoyándose en la mesa con los papeles en la mano, todavía procesando lo que Blair le había traído—. Un bar BDSM.
—Ya lo dijiste. ¿Qué pasa? ¿Estás disfrutando decirlo o algo? —contestó Blair, cruzándose de brazos, claramente nerviosa pero tratando de mantener su fachada de calma.
—Solo trato de entender cómo nos metimos en esto. La última vez que revisé, estábamos investigando carteles de drogas, no fetiches.
No podía culparlo, ciertamente era un cambio de paradigma inesperado para la investigación, pero ¿Qué culpa tenía ella de que a los vendedores de droga les gustará distribuirla en bares de gustos exóticos? Aún así, la mirada de Grayson decía más de lo que le gustaría al detective. No podía creer por qué lado iba esto.
—Yo soy la que lo eligió. ¡O acaso crees que me levante y dije que sería genial involucrarnos en esto! —ironizó Blair, lanzando las manos al aire—. ¡Por supuesto que no me emociona! No es como si quisiera contarte que la droga probablemente esté entrando por un bar donde la gente... bueno, ya sabes.
—¿Dónde la gente qué? —preguntó Dick, fingiendo inocencia y sin poder resistir una sonrisa.
Blair le lanzó una mirada de advertencia.
—Ni lo intentes, Grayson. Estoy lo suficientemente incómoda como para no querer entrar en detalles contigo.
—No te pongas así. Solo quería asegurarme de que todos los hechos estaban claros —dijo Dick, alzando las manos en señal de paz—. Aunque ahora que lo mencionas, me pregunto cómo sería verte infiltrándote en un lugar así...
—¡Ni lo sueñes! —Blair lo interrumpió rápidamente, poniéndose roja al instante—. Si alguien tiene que hacerlo, tú te disfrazas y entras, porque no pienso meterme en una situación donde tenga que usar... —se quedó en silencio, dándose cuenta de lo que estaba a punto de decir.
—¿Usar qué? —Dick la miró con una ceja levantada, claramente disfrutando la conversación.
—Olvídalo —respondió Blair, cruzando los brazos aún más fuerte—. No voy a seguirte el juego.
—Está bien, está bien. No hace falta que te pongas así —dijo Dick, mordiéndose el labio para contener la risa—. Pero, en serio, necesitamos un plan. No podemos simplemente entrar como si nada.
—Ya basta, Grayson. —Blair lo miró con una cara llena de frustración —. Esto es serio. Lo último que necesito es que esto se convierta en otra de nuestras aventuras.
—¿Nuestras aventuras? Pensé que te gustaba el caos. —Dick le sonrió con descaro, tomando asiento frente a la pizarra donde ya habían esbozado algunas pistas sobre el caso.
