babysitter • haobin

01

Las vacaciones habían comenzado. Hao ya se había graduado de la secundaria, y dentro de unos meses empezaría la universidad en Corea del Sur junto a Ricky, su mejor amigo desde primaria.

El problema era que, ahora que tenía la mayoría de edad, 18 años, sus padres se negaron a seguirle comprando cosas y manteniéndolo, con tal de que sea un adulto independiente.

—Mamá, ¿como piensas que voy a sobrevivir allá si no tengo nada? —preguntaba mientras veía cocinar a la mujer

—Ya hablamos de esto, Zhang Hao, tu te ibas a Corea porque era tu sueño, pero a cambio tendrías que mantenerte por ti solo

—Pero, mamá...

—Si hubieras decidido quedarte en China, no te hubiera pedido eso, pero tú dijiste que como ya eres mayor, debes tomar tus propias decisiones, ¿cómo quieres independizarte si quieres que pague tus cosas cuando te mudes allá?

Aunque el castaño creía que su mamá era un poco cruel, tenía razón. Al final, la decisión de irse a vivir en otro país fue de él, a pesar que ella le insistió en quedarse en el país repetidas veces.

Su papá siempre estaba de acuerdo con ella, así que no servía de nada rogarle también. Igualmente le diría que no.

—¿Y si vivimos juntos, Ricky? —preguntó mientras veía al pelirrojo hacer sus maletas

—No creo que mi padre acepte eso, ya sabes como es

—Al menos tus padres te van a mantener aunque te vayas... los míos quieren que viva debajo de un puente —se cruzó de brazos haciendo un puchero

—Te puedo prestar dinero para la primera cuota del departamento donde te vayas a quedar, cuando consigas un trabajo me lo puedes devolver

—¿En serio? —una sonrisa de oreja a oreja iluminó su rostro —gracias, Ricky —lo abrazó tirándose hacia él —te prometo que te devolveré todo.

...

Las despedidas fueron largas, el viaje no tanto, lo fácil fue llegar, pero lo difícil fue conseguir donde quedarse.

El castaño pasó toda la tarde junto a su amigo decidiendo entre varios departamentos pequeños. Hasta que, finalmente, encontró uno ideal, lo malo era subir escaleras, ya que quedaba en el tercer piso. Pero se las iba a arreglar de algún modo.

Dejó todas sus cosas ahí y su amigo lo dejó dormir en casa, que su papá le había comprado. Ricky era millonario. Tenía de todo, pero la condición era que no metiera a personas a vivir con él.

Por la mañana, se levantó temprano para para volver a su nueva casa y empezar a mover todas las cosas. Por ahora no tenía mucho, pero esperaba conseguir más en cuanto se meta a trabajar.

Se metió a su celular a buscar trabajos, mayormente de medio tiempo, ya que necesitaba dedicar algo del día para sí mismo. Y mientras deslizaba su dedo, observó algo que le llamó la atención.

Se necesita niñera de medio tiempo.
Horarios: de 9am a 3pm
Teléfono: +82 XX XXXX XXXX
Se pagarán horas extras!!

Nunca había trabajado cuidando niños, pero pensó que sería algo fácil a diferencia de los demás empleos en los que buscaban vendedores o costureros. Así que, llamó a aquel número.

—¿Hola?

—Aló, sí, buenos días, llamaba por el cargo de niñera, vi su anuncio y...

—Claro, anote mi dirección

—Ah, sí, sí, un momento —se detuvo a mirar si tenía algo en la mano para anotar, pero lo único cerca era un papel higiénico y un marcador —muy bien, dígame

El castaño anotó todo y en un momento se presentó a la dirección con ayuda de su aplicativo. Parecía ser una linda casa refinada, no era gigante pero parecía estar muy bien construida.

Tocó el timbre esperando unos segundos frente a la puerta, y de repente, un hombre la abrió. Se veía joven, y estaba muy bien vestido, incluso era guapo, como si fuera un actor o algo por el estilo.

—¿Zhang Hao?

—¡S-sí! —sonrió de forma amigable —soy yo... vengo por...

—Pasa —dijo abriendo más la puerta para que entre —mi nombre es Hanbin, Sung Hanbin

—Mucho gusto

—Ahora ella está durmiendo, se llama Jihyun, tiene 3 años, su comida está por aquí —guió —aquí hay fruta, esta es su leche, y en este papel están todas las instrucciones que te dejé para que las cumplas todas, yo regresaré más tarde

—Claro... —observó aquella lista —oiga... —antes de que pueda hablar, el hombre ya se había ido, pareciera estar apurado

El contrario cerró la puerta y se dirigió a la habitación de Jihyun, se veía muy tierna mientras dormía, así que se sentó a su lado y empezó a revisar su celular.

Ricky se desconectó y Hao se volvió a levantar a revisar la casa, mientras memorizaba donde estaba cada cosa. De pronto, observó un cuadro que estaba en la mesa de centro, boca abajo.

Lo levantó y observó la foto de aquel hombre, la niña y una mujer que la cargaba con total euforia. Parecía ser su mamá, pero le parecía raro que no esté. ¿Estará de viaje?

—¿Papá?

Hao volteó mirando a la pequeña quien se frotaba su ojo, recién despierta.

—Hola, Jihyun —quiso acercarse y ella se alejó

—Tu no eres mi papá... —dijo con voz aguda pero entendible comenzando a llorar en ese mismo instante

—No, no, no llores, yo te voy cuidar ahora, soy tu niñero, ¿sabes que eso? —pero la niña seguía llorando

—Ay... —empezó a ver la lista para cosas que tenía que hacer en cada ocasión, pero mientras más leía, la niñas gritaba más fuerte

El trabajo tranquilo que pensó tener, resultó ser todo lo contrario. Ricky tenía razón.