Sirenas y hechiceras

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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 12

El frío de la mañana se sentía aún más intenso que en días anteriores. 

Me levanté lentamente, permitiendo que el eco de los sueños se desvaneciera entre los destellos pálidos de la habitación vacía. Me vestí en silencio, sintiendo el peso de cada capa, como si la tela pudiera protegerme del caos que ahora era mi vida.

Mientras me abrochaba los cordones, los recuerdos de la noche anterior volvieron a mí en oleadas: la mirada firme de Vittoria, su sonrisa rota, la rara textura de nuestras manos juntas.  Y después... la mujer de cabello oscuro y el ser de luz en mis sueños. Una parte de mí quería entender, pero otra simplemente sentía que tenía que salir huyendo sin preguntarme más sobre mi pasado. 

Suspiré, recogí mi cabello y me obligué a salir al pasillo. Aún tenía un nudo en la garganta cuando escuché pasos firmes acercándose. Levanté la mirada y allí estaba Carlisse, su semblante serio y su postura impecable.

—Daphne —dijo sin rodeos, sus ojos evaluándome de arriba abajo como si buscara algo más allá de la superficie—. Justo a tí te estaba buscando 

Carlisse venía elegantemente vestido de negro, con el cabello relamido y una sonrisa campante. No deseaba para nada ver a Carlisse, recordar la plática de la noche anterior hacía que sintiera una pesadez inexplicable. 

—¿Qué necesitas Carlisse?—pregunté, tratando de mantener la voz estable mientras las palabras de la noche anterior de Sky y los eventos recientes giraban en mi mente. No me sentía lista para enfrentarme a nada hoy, pero Carlisse nunca aceptaba un no por respuesta. 

—Mira corazón.- dijo mientras sonreía y me tomaba del brazo. - Debes ir al vestibulo con tus compañeros. 

"Mis compañeros" esas palabras sonaban raras, no me sentía parte de esa familia. No lucía como ninguno de ellos, ni los poderes de Sky y muhco menos de Vittoria. Simplemente era una semidemonia más sin su lado demoniaco encendido.

 Apreté los puños, enderecé la espalda y me dirigí junto a el al vestibulo de la gran mansión, con la sensación de volver a ver a Sky y a Vittoria. 

Y ahí estaban. 

Vida y Sky hablando entre ellos, cosas importantes de hermanos, la noche anterior el había cuidado toda la noche con ella, Vida era la que más sufría con la ausencia de Valtor. Ambos me miran intensamente, como si fuera una especie de enfermedad, Sky me miraba con despreció mientras que la mirada de Vida era más cercana a la tristeza, sin decir más se voltearon y al lado de Carlisse nos dirijimos al una habitacíon de la ala este del instituto. 

Al abrir la puerta, el calor del ambiente nos envolvió. La habitación era amplia y luminosa, con una arquitectura como en la vieja Grecia, con grandes piscinas de agua cristalina que reflejaban la luz del sol que entraba por las ventanas. 

En el centro de la sala, Percy estaba entrenando con unos movimientos fluidos, como si danzara en el agua. Su figura era atlética y armoniosa, y los músculos de su espalda se tensaban con cada movimiento. A su alrededor, un grupo de seres impresionantes, completamente vestidas de blanco, se movían con gracia. Sus túnicas ondeaban suavemente con cada paso, y sus rostros eran bellos, casi etéreos, como si pertenecieran a un mundo diferente.

Era impresionante ver como Percy manejaba el agua. 

De reojo veía a Sky y una mezcla de sentimientos brotó dentro de mí. La tensión de nuestros encuentros anteriores regresó como un eco, recordándome lo complicado que había sido nuestro vínculo. A pesar de que había momentos en los que me sentía atraída por su actitud desafiante, había algo en su mirada que me inquietaba. Me desesperaba su presencia. 

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