Muros

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ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 13

Cuando salí, el frío del día me golpeó y mi ropa mojada se pegó a mi piel. Pero también me aterraban las palabras que había escuchado. ¿Morir?

Las miradas de todos nos rodeaban, sentía el frío de la mañana mientras el olor de ese hombre se volviá a apoderar de mis pensamientos.

Sky corrió con una toalla para cubrir a su hermana menor, quien castañeaba los dientes. Vittoria y Cara me observaban a lo lejos, y Cara con una clara expresión de desagrado mientras la chica de cabellos plateados bajaba la mirada al toparse con la mía. Ya no había nada de la ternura de la noche anterior.

—Valtor está vivo —dijo una hechicera, impactada por el peso de la noticia.

Sky sintió como si el suelo desapareciera. Abrazó fuertemente a Vida mientras observaba a Percy con gratitud en su mirada.

Antes de que pudiera salir del agua, una hechicera me tomó fuertemente del brazo.

—Tienes preguntas —dijo, su voz un susurro que se deslizaba como la brisa sobre el agua.

Asentí con un nudo en la garganta y una visión fresca en la mente.

— Siento que Valtor tiene algo más que ver conmigo —susurré, no sabía porque pero la explicación de Carlisse la noche anterior no me dejaba del todo convencida.

Lilith y todo ese asunto no me parecían suficientes como para soñarlo en mis pesadillas.

La hechicera estudió mi rostro unos minutos. Luego, con una gracia etérea, tomó mi mano entre sus delicados dedos y lo acercó a su rostro. Su mirada se desvió hacia mi mirada asustada; más tarde me enteré de que el nombre de aquel ser era Naunet.

—Lilith esta impreganda en tí —dijo finalmente, sus ojos fijos en el pequeño colgante, como si leyera un destino invisible inscrito en él—. Debes ir al templo de la serenidad a aclarar tus dudas.

La miro confusa, viendo el vacio en sus ojos. Lo poco que sabía de Lilith es que llevaba muerta varios años, porque estaría en mi escencia, quiero pensar que fue una confusión pero todo es tan borroso que me cuesta distinguir entre la mentira y la realidad.

Rompiendo mis pensamientos, una voz maculina y gruesa se hace dueña del lugar.

—¿Dónde está? —preguntó Percy al borde de la histeria, sus ojos ardiendo de preocupación—. ¿Dónde está mi hermano?

La tensión en el aire se volvió palpable. Antes de que alguien pudiera responder, Carlisse lo miró fijamente.

—Modera tu tono, joven —dijo con una voz suave pero firme.

Percy dio un paso hacia adelante, con el pecho inflado por la rabia contenida.

—A mí nadie me da órdenes Carlisse —respondió en un tono desafiante—. No cuando se trata de mi familia.

Percy Lovelace estaba obsesionado con el concepto de familia. Era dulce pero tenía un carácter de terror.

Antes de que Carlisse pudiera replicar, la hechicera más joven que estaba junto a él levantó la mano y habló, su voz entre susurros místicos.

—Escondido... en las sombras.

El silencio cayó sobre todos, como si el aire mismo hubiera sido absorbido por aquellas palabras. Sky, quien hasta ahora había permanecido callado, frunció el ceño.

—¿Las sombras? —estaba furioso; sus ojos ardían. ¿Lleva muerto más de diez años y su única respuesta son las sombras?

Carlisse estaba notablemente incómodo por la reacción de los hermanos que era totalmente fuera de lugar ante unos seres tan hegemónicos. Fue Vida quien se acercó al hombro de su hermano mayor y le susurró unas palabras que lo hicieron entrar en razón.

OlvidadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora