Vivía en una fantasía llena de humo y olor a lavanda. Vittoria era parte de esta nueva realidad que cada vez me golpeaba más fuerte con sus verdades. No quería deternerla, pero teníamos que detenernos. No era sano, ni para ella, para Cara o para mí.
Estaba anonadada, no era posible todo lo que me estaba pasando en mí vida. Ella se aleja, creo que comprende que ha sido un error y sin decir mucho murmura unas disculpas, por primera vez la noto insegura, creo que sabe que tuvo un gran error, creo que ambas nos hemos confundido. Me alejo lo más rápido que puedo, cruzo los jardines y observo a los meseros que preparan bebidas lujosas para la noche.
Todo se ve demasiado borroso, y escucho el chocar de las copas a lo lejos, empiezo a distorcionar mi realidad mientras cada vez camino más rapido, huyendo de mi realidad. Cuando entro por fin al instituto, siento la presión de la presencia de Carlisse y Sky, se muy bien cuando estan cerca, y antes de llevarme una sopresa decido huir a mi recamara.
Me quedo sin aire y me meto lentamente a mi cuarto. Tengo una tormenta de pensamientos y de miedos, me han dejado una colección de vestidos para hoy, seguramente a elección de Vida, hay de varios colores pero no tengo cabeza para pensar en ello, me siento cansada y aturdida de tantas emociones, "Qué vamos a hacer Daphne" es lo único que puedo pensar. Me meto a la regadera y me siento sola, estoy sola, ni siquiera me tengo a mí misma.
Debe de haber alguna respuesta a todo esto, a Valtor, a Lilith, a Sky no puedo creer la historia que me han contado, no puedo creer lo enferma que estaba o estoy, tanta sangre derramada por poder, y todo para que, ahora no soy nada. Traicioné al amor de mi vida, y no recuerdo nada de tanto que me cuentan.
Estoy harta de tantos semidemonios, de Klaus, de Vittoria y hasta de la misma Cara. Solo quiero silenciar mi mundo.
Dejo que el agua se lleve mis pensamientos y sin mucho aliento salgo de la ducha, el cabello aún húmedo, y me veo en el espejo sin realmente verme. Cepillo mi cabello con lentitud, intentando ordenar mis emociones tanto como mi apariencia. Frente a mí, los vestidos siguen esperando. El azul. Sí, el azul parece una buena opción. Me lo pongo sin muchas ganas, casi de manera automática, y me aseguro de que todo esté en su lugar. La noche apenas comienza y ya quiero que termine.
Me veo al espejo y luzco cansada, aunque no quiero verme así, me coloco unos pendientes que han dejado sobre mi buro, y un fino collar de perlas que viene con el vestido, al ponérmelo siento el frío de las joyas contra mi piel, me veo al espejo y empiezo a lucir como una princesa, no puedo evitar ebozar una sonrisa, despues de todo no soy un desastre por completo.
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Unos golpes secos en la puerta interrumpen mis pensamientos. Mi corazón se acelera un poco, aunque sé quién está al otro lado. Abro y ahí está Sky, parado, con esa expresión que no me deja leerlo, luce espectacular y algo dentro de mí se queda sin aliento, lleva un traje fino color marfíl y el cabello relamido. Huele a madera con notas fuertes como un buen vino.
