Niklas.
Me había quedado dormido en el sofá y no sé cuánto tiempo pasó antes de que los golpes en la puerta empezaran a molestarme. ¡Por Dios! ¿Acaso no se puede dormir tranquilo?
— ¡Niklas, maldita sea, abre de una puta vez! — Kerem golpeaba la puerta con tanta fuerza que parecía que la iba a derribar. — ¡Niklas, abre la maldita puerta!
No solo me interrumpía el sueño, sino que además me insultaba.
— ¡Ya voy, joder, lárgate a molestar a otro lado! — grité frustrado, levantándome y caminando hacia la puerta.
Cuando la abrí, Kerem tenía una cara de furia que no dejaba lugar a dudas de que estaba a punto de estallar. Suspiré y me hice a un lado.
— ¿Qué quieres? — pregunté sin muchas ganas, dirigiéndome a la cocina y abriendo la nevera para sacar una botella de agua.
— ¿No has revisado tu teléfono o qué mierda? — dijo Kerem, mostrándome los mensajes. — Tu madre llamó diciendo que fueras por tu novia, que está en su casa y ya no la soporta más. Palabras de tu madre, no mías.
Caminé hacia la habitación y tomé el teléfono de la mesa de noche. Tenía doce llamadas perdidas de mi padre y un mensaje que decía claramente: "Ven a sacar tu mierda de aquí o no me hago responsable de que tu madre y hermana la saquen como se les dé la puta gana".
También había quince llamadas de mamá y una de mi hermana. ¡Joder, qué demonios hacía Yrsa aquí!
Me vestí rápidamente con unos jeans y un suéter negro, tomé las llaves de mi BMW y me dirigí a la sala.
— Vamos, acompáñame. No quiero enfrentarme solo a lo que me espera en casa de mi madre — dije, frustrado. Aún no entendía qué hacía Yrsa aquí. ¡JODER!
Milica también estaba en Alemania, y solo espero que no se hayan cruzado. Quiero resolver el lío con Yrsa antes de que se vean.
— ¿Por qué me arrastras a tus problemas, hermano? Te dije que esa chica no me gustaba — dijo, siguiéndome a pesar de todo.
Bajamos al estacionamiento, y encendí el coche, saliendo a toda velocidad. Tenía unos quince minutos para solucionar esto; carajo, ¿cuánto tiempo me dormí para no darme cuenta de las llamadas y mensajes?
En el camino intenté llamar a Adelinde, pero no respondió. En menos de veinte minutos ya estábamos llegando a la mansión. Aparqué en la entrada y saludé a los chicos en la puerta y a algunos empleados.
— ¡¿Pero quién te crees para estar gritándole a mis empleados, niña?! — escuché el grito de mi madre desde la cocina y caminé lo más rápido que pude hacia adentro.
— ¡Señora!, solo le dije que el pastel sabía seco, total, lo habían hecho para mí, si quiero tirarlo lo hago — gritó Yrsa sollozando, frustrada.
— Si vuelves a gritarle a mi madre, te rebano el cuello de lombriz que tienes— susurró Adelinde, haciéndome tragar en seco al ver la escena que se desarrollaba frente a mí.
Milica tenía a Yrsa arrodillada en el suelo, mi hermana estaba agachada frente a ella con un pequeño vidrio apuntando en su cuello, con nuestra madre detrás. Yrsa me miró, pero mis ojos iban de mi hermana a Milica, tratando de entender que carajos estaba pasando.
— ¿Qué demonios está pasando aquí? — pregunté, observando a Adelinde, que solo alzó los hombros levantadose, mirandome despectivamente.
— Cariño, ¿has visto cómo me trata tu familia? Esto es imperdonable — dijo Yrsa, sollozando. — Y la zorra está ni siquiera la conozco, solo me está humillando, y tu madre lo permite.
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Runaways En Las Nubes.
RomantikMilica Ivankovica es una diseñadora talentosa, decidida y llena de carisma, capaz de conquistar a todos los que la rodean. Pero su pasado oscuro sigue acechándola, un recuerdo que la ha marcado y que ahora la impulsa a buscar venganza. En su camino...