Capítulo Trece

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- ¡Laertes!

- ¿Qué ocurre Zana? -respondió desconcertado.

- Me ha dicho la princesa Deka Tetanui la heredera del reino de Hydros, que pretendes dar derechos los Mabukaba, Dragoba, Magokaba.

- Son personas...

- ¡Personas! No hablas en serio. -dijo con ira y una mirada incrédula. -Sabes tan bien como yo que su piel muestra sus pecados.

- Y cuales son tales pecados según tu Zana, porque no creo que nadie en ninguna parte del reino sea digno de dar lecciones de honradez, humildad, o de comportarse todos podemos equivocarnos, tenemos derecho a ello.

- No puedo creer que lo digas en serio. -dijo decepcionada. – Si los ayudas serás un traídos, son tratados así por ayudar Hécate, muestran los pecados de su traición al igual que la Hueste Escarlata.

- Esa hueste, al igual que Hécate, Lúa o la semidiosa Leya son leyendas, cuentos para hacer que los niños se porten bien, si tenemos brujas, hechiceras, curanderas, pero eso no implica que todo lo otro sea real. -dijo con tono seguro.

Aunque lo cierto era que no sentía nada eso, tenía miedo, más que eso estaba aterrado porque las leyendas de Odette y la profecía de aquella anciana.

- No son historias, es real, y ellos sirven a su ama, cuando regrese traerá a su hueste y habrás dejado al enemigo adueñarse de nuestras tierras.

- Debemos darles una oportunidad...

- Son criaturas huecas sin alma.

- Pues los Arraisoba, Basoba y Glacoba. No parecen así, de hecho, tienen derechos, casas, educación...

- Ellos son hijos de Lúa, tienen una sensibilidad especial con la naturaleza y el bien, son criaturas honradas, pero las del reino de Ignis, Lurra o el mío son villanos, no te confundas.

- Aun no soy rey, pero si de verdad piensas eso, reúne información datos, todo lo que consideres importante y exponla cuando sea rey, te escuchare.

- No sé qué clase de rey serás Laertes, pero por si sigues tomando estas decisiones te puedo decir que no serás uno bueno. -dijo para marcharse de allí.

- ¿Qué son esas criaturas? -pregunto preocupada Layla.

- Personas como tú y yo, pero... su apariencia es como la de un animal.

- ¿Cómo? -preguntó desconcertada, por una respuesta tan ambigua como rara.

- A ver, el reino de Hamada tiene una tribu en sus dunas se les conoce como los Mabukaba, y son personas, pero su piel es pálida y de escamas con los colores de las serpientes ojos naranjas, verdes con pupilas elípticas, su lengua es bífida.

-       A ver, el reino de Hamada tiene una tribu en sus dunas se les conoce como los Mabukaba, y son personas, pero su piel es pálida y de escamas con los colores de las serpientes ojos naranjas, verdes con pupilas elípticas, su lengua es bífida

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Matayrit I (Balada de Pardales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora