11. De vuelta a ti

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Bang Bang; GRAE.

—Oye Sara ¿le preguntaste a Kagura por un buen lugar para comer? —Inojin le dió una mordida a su pan con mermelada de durazno.

Todos estaban sentados en la mesa, desayunando más temprano de lo que tenían pensado. El repentino malhumor de Boruto y nerviosísimo de Sarada impulsó a todos a salir de esa casa que no los convencía del todo.

—Cierto... —Tomó su celular de su bolsillo, lamiendo el pulgar que se había ensuciado con manjar.

—Ya le pregunté —se adelantó Boruto. La Uchiha levantó su mirada, en la expresión extraña en el rostro del rubio—. Mira, me dió estas opciones. —mostró su celular al resto y fue pasando las imágenes y las puntuaciones.

Tal vez era hora de empezar a establecer límites.

—¿Y nos enseñará unos buenos lugares? —insistió Inojin—. Va a hacer de guía turístico ¿no? Eso le dijo a Sara. —La miró, como si pudiera leer su mente.

—Está ocupado. —la tensa sonrisa en su rostro fue obvia para Sarada.

Debía poner los límites ahora.

—Llevemos todo para ir a la playa después de comer. —propuso Shikadaki, y todos aceptaron.

Siguió con la pesada sensación en su pecho incluso al almorzar, estuvieron conversando y recibieron la noticia oficial de que Sumire y Kawaki estaban saliendo. Celebraron y hubo unas cuantas amenazas (de Sarada a Kawaki, principalmente) y luego fueron a la playa.

Estiraron las toallas, abrieron los quitasoles y las chicas se desvistieron hasta quedar en bikini y poder tomar sol.

—Ayúdame con el bloqueador solar. —pidió Sumire desatando las tiras de su bikini (que era de color morado, obviamente). Chouchou se echó en las manos y se acercó, pero Kawaki apareció rápidamente.

—Yo puedo hacerlo —Tomó el bloqueador y miró a Sumire—. Ven aquí. —demandó con un tono que hizo a Sarada arquear una ceja.

¿Qué tenían los hermanos Uzumaki con ser tan demandantes?

—También puedo ayudarte, si quieres. —habló Mitsuki mirando a Chouchou.

Sarada rodó los ojos, el romanticismo no era algo que le enterneciera mucho el corazón.

—¿Quieres que también te ayude, Sara? —Inojin habló con una voz tonta, obviamente bromeando—. Ver parejas felices me hace sentir solo —luego vió a sus amigos—. Y perturbado por tanto manoseo. ¡Kawaki todo el mundo puede verte! —le tiró arena y huyó de Kawaki cuando lo salió persiguiendo.

—Boruto, se algo caballeroso y ayuda a Sarada. —apuntó Sumire, estirándose en la toalla.

Sarada no supo cómo interpretar las intenciones que tenía su amiga detrás de sus palabras, así que tragó saliva y recogió su cabello en un moño. Boruto de pronto estuvo menos serio y se sentó atrás de la Uchiha.

—A la orden. —le quitó el protector solar a su chica y se echó en las manos. Ella lo consideró, lo más prudente y esperado era que Boruto se negara inicialmente y que discutieran.

—No quiero tus manos de mono sobre mi. —el tono de molestia le salió natural.

—Ya déjate querer. —intuía que había rodado los ojos.

—Ugh. —observó de reojo a sus amigos y se relajó cuando cada uno siguió en lo suyo. La dinámica de discusiones que nunca llegaban a nada entre Sarada y Boruto era común y fácil de ignorar. Los chicos se quitaron las camisetas y fueron al mar, tocando el agua con los pies y luego arrojándose entre ellos al agua.

ULTRAVIOLENCE (borusara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora