Capítulo 8.

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8:27am.

El carraspeo de Jonathan, el psicólogo de la organización, resonó nuevamente en aquella sala; aparentemente había pescado algún resfriado durante los últimos días, pero no parecía ser grave. Si bien el profesional de salud mental trataba de no hacerlo evidente, en cierto punto había comenzado a anotar algo de lo que habían estado hablando durante los últimos 25 minutos, le ponía algo nervioso. Agoti intentaba no darle tantas vueltas al asunto, y al contrario, decidió levantarse de su asiento para caminar por la amplia oficina, inspeccionando cada objeto que resultara llamativo para su atención.

Procuraba no sentir que esto era como una especie de terapia adicional, ya que no pagaría un mayor monto además de la mensualidad, así que esperaba dejar claro con su actitud que no daría ni un peso más a esta organización. No más de lo acordado, y no porque no tuviera dinero, sino porque era una pérdida enorme gastarlo en algo lo cual ni parecía ayudarle realmente.

— ¿Te sientes cansado? Podemos ir a una pequeña pausa y continuar cuando estés listo. —Dijo Jonathan. Tan atento como siempre.

— Estoy bien. —Dijo dando un toquecito en la cabeza de una figura de perrito sobre un estante. Aquella instantáneamente comenzó a moverse en rebote debido al resorte de su cuello.

Mirando a un lado, consiguió ver como una foto familiar destacaba en uno de los cuadros. Presumiendo a su adorada familia, dos pequeños muy... ¿lindos? Supuso. No le agradaban los niños después de todo, los adolescentes eran tolerables. Eran gran parte de sus espectadores, en algo le debían agradar.

Viendo la foto matrimonial del psicólogo a un lado de la anterior, pudo notar como un agujero en el estómago iba incrementando su malestar. Haciéndole sentir esa misma sensación que le producía el discutir o hablar en privado con Jaco. No le agradaba esa sensación.

— ¿Te gustaría pasar a las siguientes preguntas entonces? —Preguntó cambiando de página en su cuaderno. Tenía que recuperar la atención de Agoti.

— Como sea. —Desvió su mirada, tragándose la inquietud que le producía el agujero en su estómago.

Caminó hacia la estantería del otro lado de la sala. Había un montón de libros ahí, increíblemente ninguno de ellos estaba acumulando polvo. ¿Los leería constantemente o solo era muy bueno en el aseo? Con lo fifi que era probablemente sea la segunda opción.

— Muy bien... Hablemos de tu vida amorosa.

"Mierda" pensó Agoti girando en su dirección. Viendo como el hombre en su compañía sonreía con bastante calma. Incluso el simple hecho de como tragaba saliva parecía hacerle reunir información del lado inconsciente de su memoria y estado emocional.

— Bah. Esto no es profesional, solo quieres sacarme chisme.

— Todo esto es profesional. Te recuerdo que firmamos un acuerdo de confidencialidad. Lo que digas aquí, queda aquí.

Tensó su quijada antes de desviar la mirada para pensar en la situación. ¿Por dónde podía empezar? Definitivamente esto era algo incómodo de hablar, ya que esto ni siquiera lo charlaba con su propia familia.

Deslizó uno de sus dedos en los bordes de los libros, encontrando uno que hablaba específicamente de la relaciones interpersonales de los omegas y como estos podían llegar a tener éxito en su vida social según la experiencia de un sujeto con nombre extraño, quizá ruso o alemán.

Que curioso, ¿de qué podía llegar a hablar esta cosa?

— Puedes tomar algunos de los libros si te interesan. —Ofreció.

— Mmm. —Emitió. Sacando el libro de aquella estantería y abriéndolo en lo que volvía a su asiento. Era inquieto, si se quedaba en un solo sitio sentía que no descargaba la energía que acumulaba.

Yᴏᴜ Bᴇʟᴏɴɢ Tᴏ Mᴇ - [Tagoti-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora