Capítulo 11.

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Soltando un pesado y molesto bufido, Ayana se tomó la libertad de darse una palmada en la frente con aquella mano libre, intentando no perder la casi nula paciencia que le quedaba, pero definitivamente no estaba funcionando. Agoti supo más o menos lo que se aproximaba, así que se encogió de hombros y se cubrió con ambos brazos lo más rápido que pudo, recibiendo una palmada algo agresiva de parte de aquella chica, palmada la cual le hizo chistar la lengua en voz baja, ya que no quería llamar tanto la atención en aquella cafetería donde estaban charlando.

— Maldita sea, Agoti. —Entrelazó sus dedos en su propio cabello con frustración.— ¿Por qué demonios lo sigues perdonando? Él no te trae nada bueno, solo te hace pasar malos ratos.

— Las relaciones son más complejas que solo terminarlas cuando hay problemas. —Se excusó, sobándose la zona agredida anteriormente, ardía un poco.— Deberías saberlo, tú tienes una novia.

— Sí, lo entiendo, pero los nuestros son problemas reales y no ocasionados a conciencia por una de nosotras. Ella no me manipula emocionalmente.

— Jacota tampoco lo hace.

La carcajada fingida de su amiga llamó un poco la atención de algunas mesas alrededor, pero la atención se devolvió a sus respectivas mesas poco después, cada uno estaba sumergido en su propio mundo, así era la vida de la gente con dinero: te miran feo, y vuelven a lo suyo, pero aún así la situación consiguió hacer que las mejillas de Agoti se ruborizaran un poco por la vergüenza.

La verdad es que para Jacota había sido demasiado fácil conseguir su perdón. Se arrepentía un poco de eso igualmente, se supone que debía poner un poco más de resistencia, pero cuando le vio aquella expresión triste y acarició su piel no pudo negarse. Carajo, ¿qué tan difícil era conseguir que otra persona entendiera su posición.

El sitio timbre de su teléfono rompió el silencio entre los dos. En parte agradecía el poder cambiar de tema, ya que odiaba que le hablaran basura de su ¿pareja?, pero el tono de aquella notificación no significaba nada bueno. En realidad, advertía el comienzo de una etapa caótica, o al menos si advertía estar cerca de la fecha.

— ¿Ya hoy comienza tu celo? —Preguntó Ayana al reconocer aquel particular sonido, ella también contaba con ese calendario.

— No tanto como eso, pero la fecha está cerca.

— Quizá por eso tus hormonas y feromonas están como locas. —Dijo alzando sus hombros con bastante calma a pesar de saber que se le vendría un pesado periodo a su amigo.— De haber estado en una situación más común seguramente no lo habrías perdonado tan pronto.

— ¿Podemos hablar de otra cosa que no sea mi relación con Jaco, por favor?

Levantó su teléfono y lo desbloqueó con el reconocimiento facial para poder revisar a profundidad la notificación. Estaba en una etapa crítica, ya que la próxima semana ya sería el comienzo de su celo, o al menos eso creía, era algo irregular con este tipo de cosas, no solía contarle estas cosas a nadie, ya que no le enorgullecía el modo en el que terminaba actuando durante esa etapa tan humillante. Esta era una de las cosas que le hacía desear aún más el haber nacido siendo alpha, era muy incómodo vivir esos días estando caliente y húmedo por absolutamente nada. Además, al comenzar esa etapa ya no podría ver a Jacota personalmente. No sería recomendable hacerlo si no quería terminar preñado, sabía que algunos alphas no podían resistirse a sus primitivos instintos... Y bueno, Jacota tenía mucho de "primitivo", pero aún así lo quería bastante.

— Ya debería ir partiendo. —Dijo cambiando de aplicación para pedirse un aventón en uber. No quería llamar a su chofer personal, ya que este debía estar ocupado con Solazar o Aldryx, no quería esperar tanto... Bueno, no podía esperar tanto.

Yᴏᴜ Bᴇʟᴏɴɢ Tᴏ Mᴇ - [Tagoti-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora