Capítulo 4.

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Bostezando ampliamente, Agoti cruzó una pierna sobre la otra en lo que aguardaba a que toda la plática a su alrededor terminara de una vez por todas.
Habían pasado varios días desde que se unió a aquella asociación de omegas donde les brindaban apoyo para diversos tipos de situaciones, sin embargo, había sido incapaz de hacer amigos ahí durante todo ese tiempo. Y no porque no se le hubiera presentado una oportunidad de charlar, sino porque simplemente no era de su agrado el dialogar tanto con estos sujetos.

Habían omegas que iban con sus parejas a las sesiones, y si bien Agoti le propuso a Jacota acompañarle en aquel proceso, éste se había negado rotundamente diciendo que no era de su incumbencia el andar metido en actividades y espacios recreativos de omegas, o que tenía mejores cosas que hacer a esa hora. Siempre había una excusa. Honestamente le decepcionó bastante el recibir esa respuesta en reiteradas ocasiones, tanto que dejó de insistir. Ahora que lo pensaba bien, habría sido un poco (muy) humillante que le viera asistiendo a este tipo de entornos de tan mal gusto. Lo mejor sería mantenerlo fuera de eso. En parte, todo esto lo hacía por cumplirle el capricho a su padre, no por gusto propio.

La reunión finalizó una vez que la alarma del teléfono del encargado actual resonó en la enorme sala de charla libre dando por concluido aquel periodo. Había integrado una enorme cantidad de chismes intensos a su lista, pero como todo aquí era con un anonimato incluido no podría proporcionar nombres al contarlo fuera de este lugar, aunque lo idea era no hablarlo fuera por privacidad. Pffft, como si fueran personas tan importantes.
¿Qué se creen?

— Agoti. —Habló un alto beta acercándose a él una vez estuvo en el pasillo.— Hola, un gusto. Soy Jonathan. —Le ofreció un apretón de mano.— Soy el psicólogo de la organización.

— Ah. —Le aceptó el saludo, torciendo los labios con algo de disgusto. Jamás fue fanático de las invenciones de este tipo de "profesionales".— Hola, ¿necesitas algo?

— Directo al grano, me gusta, tienes un carácter fuerte. —Asintió, pero más que ser un halago, a Agoti le resultó algo incómodo, ¿ya lo estaba analizando tan pronto?— Me gustaría hablar algo contigo en privado si no es mucha molestia.

Agoti arrugó el entrecejo. ¿"En privado"?
Aquello le provocó un sentimiento incómodo que le carcomió los nervios. Sabía que era un beta y que en parte no respondería a ningún tipo de feromonas de su parte aunque se lo propusiera, pero aún así le perturbaba la idea de encontrarse a solas con alguien que no pertenecía a su círculo social cercano.

— Tranquilo. Será breve. —Agregó.

Bueno, si él lo decía... No perdería nada.

Asintiendo, el Andromeda le acompañó a lo largo del pasillo. Yendo en dirección contraria a la salida principal donde varios de los omegas que había estado viendo los últimos días se retiraban por fin de aquel sitio. Quizá irían a sus hogares, o quizá a aplicar alguna de las estupideces que aprendieron el día de hoy en la asesoría que tuvieron antes de la charla libre. En realidad no le importaba demasiado como para darle tantas vueltas al asunto.

Entrando en la sala, la idea de que la puerta estuviera más o menos traslúcida le dejaba mucho más tranquilo. Así no estarían taaaan a solas.
Y si, quizá era innecesario resaltarlo, pero ya estaba acostumbrado a analizar el entorno en el cual le solían citar para hablar, era una costumbre que su padre le hizo adoptar a lo largo de los años. Esto obviamente para detectar cualquier tipo de amenaza, pero fuera de títulos universitarios y dibujos infantiles (posiblemente de los hijos de este sujeto) no veía mucho con lo que le pudiera hacer daño.

Tomando asiento una vez que el psicólogo lo hizo también, Agoti cruzó sus brazos y alzó un poco su pecho para no verse tan pequeño en comparación, pero el tamaño de ese sujeto si era superior.
¿Qué le daban de comer a este beta para que fuera así de alto?

Yᴏᴜ Bᴇʟᴏɴɢ Tᴏ Mᴇ - [Tagoti-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora