Capítulo 7.

112 15 19
                                    

Dando un fuerte golpe al saco de boxeo, las cadenas que hacían colgar el saco resonaron por la violencia con la que se movió aquel negro, pesado y alargado objeto de entrenamiento del gimnasio.

Detuvo el saco con el guante en cuanto se devolvió hacia su posición, tomando una pequeña pausa para poder recuperar el aliento, soltando un jadeo tras otro, mientras ahora movía uno de sus hombros en círculos para destensar los músculos durante el reposo. Sentía el cuerpo el llamas al haber estado en trabajo intensivo desde que ingresó, pero le encantaba. Debía mantener su físico a toda costa, ¿quién lo amaría siendo un flacucho débil después de todo? Como figura pública la apariencia lo era todo para el.

Posicionándose para volver a golpear el saco, sus oídos percibieron como la voz de cierta persona ahora resonaba en los parlantes del gimnasio. Hizo una pausa para prestar atención a la letra, algo incómodo por tener que oír todos los días en todas partes la canción en tendencia, pero ahora más debido lo ocurrido la noche anterior.

"Ese chico..." pensó de mala gana, repasando el apellido del muchacho en su mente. Enderezó su postura para sacudir sus brazos al sentir un cosquilleo en sus hombros. No entendía porque le hacía sentir así. Era incómodo.

— Tabs. —Escuchó decir a la distancia, encontrándose a Aldrxys apenas giró a ver quién le dirigía la palabra.— Carajo. —Expresó al tropezar con una colchoneta cercana.— Ya llegué, disculpa la tardanza, me costó levantarme de la cama.

— Son las 6 de la tarde. —Frunció el ceño. Alzando su brazo hacia su nariz para evitar afrontar cierto aroma que le había hecho sentir algo mareado en cuanto el Andromeda se acercó.

Aparentemente provenía de él, no era común, pero logró disimular el impacto en él y recuperó la compostura, ya que la conversación aún seguía, y por la expresión ajena estaba seguro de que se vendría alguna excusa de porque llegaba tarde el día de hoy.

— Ya sé, pero anoche nos fuimos tarde a mi casa. Y aún así me levanté temprano para el entrenamiento con Sol, deberías estar agradecido que apareciera aquí hoy.

— No es mi culpa que tú y tu hermano hayan decidido irse tan tarde a su casa. No tienen autocontrol. —Mordió el velcro de su guante para quitárselo después.— Y si estabas tan cansado no debiste venir, yo lo habría entendido si me avisabas.

— Pero ya estoy aquí. —Le dio una palmada en la espalda.— Iré a firmar mi ingreso y nos vamos a la sala de máquinas. Vengo motivado para hacerme mierda físicamente.

Bufando, el ruso simplemente asintió, terminando de quitarse ambos guantes de boxeo para dejarlos caer a un lado, dando por finalizado su tiempo en aquel entrenamiento con el saco. Hincándose, estiró su brazo para recoger su botella de agua y beber de ésta antes de acomodar la toalla detrás de su cuello para absorber de su sudor, tenía la camiseta empapada, pero la toalla debía servir de algo más que solo sacarla a pasear.

Seguía dándole vuelta al asunto anterior, y quizá era su imaginación, pero... percibía que Aldryx olía diferente... Olía a omega. No era su aroma habitual. Y lo sabía bien. Hoy olía a otra persona, y era alguien de una fragancia familiar, pero no podía lograr hacer memoria de quien. Aunque sin duda ya había olfateado esas feromonas antes, pero ¿en dónde?

Viéndole charlar amistosamente con el joven del mesón de asistencia no pudo evitar preguntarse si podía existir la posibilidad de que estuviera saliendo con alguien; curioso en si ese alguien pertenecía a su círculo cercano, ya que la casualidad era demasiado para ser normal. Además, ¿no se supone que se contaban todo? Él sabría si estuviera saliendo románticamente con algún omega.

Tendría que indagar en ello más tarde.

— Ya estoy. —Dijo Al en cuanto regresó con el.— Ven, de camino dejaré algunas cosas en mi casillero y estoy listo.

Yᴏᴜ Bᴇʟᴏɴɢ Tᴏ Mᴇ - [Tagoti-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora