Vaggie (1)

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Soy el maldito maestro de la polla" - gimió Adam mientras despotricaba contra su exorcista favorito, Vaggie - "¡Oh, joder, sí!"

Vaggie gruñó, su cuerpo era empujado con cada empuje de la gran polla de Adam. Miró al Primer Hombre, que no llevaba nada más que un par de gafas de sol - ¡Sí! ¡Así de simple, Vaggie!

Vaggie puso los ojos en blanco mientras las bolas de Adam golpeaban su trasero. El primer hombre del universo siempre fue un jamón. Los dos estaban en una habitación oscura con una cama grande en el centro. Algunos otros exorcistas, las descendientes femeninas de Adán, yacían en la cama, todos dormidos. Vaggie podía oír a algunos de ellos roncando fuertemente.

"¡Te sientes tan jodidamente bien, Vaggie! - Adán gimió mientras seguía adelante.

Vaggie accidentalmente dejó escapar un pequeño gemido.

—Ah, y yo también lo soy, ¿eh? - Adam soltó una risita.

—Cállate —suspiró y jadeo Vaggie—. "Y sigue adelante".

—¡Sí, señora! - Adán obedeció y aceleró, empujando más rápido.

Los brazos y las piernas de Vaggie estaban atados a los postes de la cama con una cuerda, por lo que no pudo detener los avances de Adam. Llevaba un sujetador y bragas negras, su piel gris contrastaba con las telas oscuras.

—Oh, sí —gimió Adam—. "Joder, me encanta el sexo".

Las mejillas de Vaggie se enrojecieron de vergüenza.

Adam se rió y le dio nalgadas en el, haciéndola gritar. "Sabes que a ti también te gusta esto".

La cabeza de Vaggie se dejó caer sobre el colchón. —N-no ah~

—Lo que tú digas —se rió Adam.

Continuó empujando, yendo más rápido y más fuerte, hasta que Vaggie no pudo evitar gemir de nuevo.

"¡Joder, estás tan apretado!" Adán gimió. "¡Mierda!"

Vaggie sintió que su semilla caliente llenaba sus entrañas, haciéndola gemir de incomodidad

-¿Ya terminamos? Será mejor que me desates.

—Sí, sí —dijo Adam, poniéndose los pantalones.

Agarró un cuchillo y comenzó a cortar las cuerdas, empezando por sus manos.

—Gracias —suspiró Vaggie, frotándose las muñecas.

"Entonces, ¿Que tal? —preguntó Adam, sentándose en la cama.

Vaggie suspiró. —Está bien —refunfuñó ella—. "Eres... el Dickmaster"

-Jaja, lo se, solo quería que lo digieras - se río Adam, dándole una palmada en el trasero. —Pronto volverás.

—Lo que sea —murmuró Vaggie—.


Lo que no sabía era que lo que había dicho adam, se volvería a repetir una y otra vez.

Adam, El DickmasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora