Angel of Darkness©(#1)

Capítulo 10

Aterrizamos en un bosque que no había sido destruido todavía, pues era aquel que se situaba justo al lado del campo.

Cada vez que íbamos a buscar refugio o a descansar, teníamos cuidado por si algún demonio nos descubría y nos atacaba. Desde el incidente con el demonio que escapó fuimos a todos los sitios con sigilo. Llevaba un tiempo sin ver cosas extrañas, pues pensaba que eran recuerdos cojos que no sabía que significaban.

Siempre aprovechábamos cualquier oportunidad para entrenar, un día logré desarmar a mi compañera.

Ella se ofreció a enseñarme nuevas técnicas de lucha. Me explicó como desarmar al contrincante, defenderme... Todo parecía más sencillo. También me contó secretos de los demonios y su historia. Nos sentamos en el suelo cubierto de musgo, el cual era muy blando para sentsrse e incluso tumbarse. El bosque solo contenía árboles de gran altura repleto de hojas, musgo y las hojas caídas que formaban el suelo.

—Nuestro jefe es una de las criaturas más fuertes del universo, después del Creador.

—¿Creador? —pregunté confusa.

—Él junto con Satan creó el cielo, los infiernos y la Tierra. Tiene un poder ilimitado, o eso creo. No he visto jamás verle a él haciendo magia, pero según he escuchado, puede crear todo lo que quiera, conceder deseos y destruir todo con la mirada, pues quién le mire a los ojos, no volverá a ver.

—¿Es el todopoderoso?

Ella afirmó. Yo no sabía quién era ni lo recuerdo.

—Debido a la caída olvidarías tu misión como ángel y a quién sirves.

—Ya... Llevo un tiempo teniendo pensamientos confusos.

—Yo siempre deseé vivir en el cielo en armonía, pero... Me fue imposible. Satanás y el Creador tuvieron un enfrentamiento, pero esta vez, él lo ha hecho de manera que ganó al dios de los cielos sin combatir contra él.

—¿El Creador se enfrentó al jefe demonio?

—Sí, pero el Creador le venció. Satanás, que es el nombre del demonio, era un envidioso y quería tenerlo todo. El Creador pensó crear un mundo, o varios, dónde existieran criaturas con vida.

»Satanás le ayudó, como grandes amigos que eran. Primero surgió al infierno, que fue obra de Satanás, y después, el cielo, junto con los ángeles y los demonios. Vivieron en tranquilidad y armonía, y siempre mantenían contacto el uno con el otro. Pero...

»El Creador no estaba satisfecho con lo que construyó. Hizo el paraíso, un lugar divino para una nueva raza que revolucionó los mundos: los humanos.

»A Satanás no le gustó lo que hizo el Creador, provocó una gran guerra conocida como la Primera Gran Guerra. Muchos murieron, otros fueron heridos de gravedad... Ningún humano fue destruído, aunque quedó como una raza débil contra los demonios. Y, por ello, la Tierra fue creada, un lugar que protegería a los humanos. Ésta crecía y se hacía más hermosa. También, para evitar otras guerras, se creó una barrera que separó al cielo del infierno, pero fue destruida hace muchos años por alguien desconocido.

—¿Por qué crearon a los humanos?

—Porque el Creador no se quedó tranquilo y quería unos seres iguales a él. Se sentía fracasado con los ángeles.

—¿Y qué pasó con el paraíso?

—Al ser expulsados los humanos, aquel lugar se convirtió en oscuridad, el sitio dónde las almas perdidas o aquellos que hayan fallecido van —hizo una pausa, acurrucándose en el suelo—. Te vas a enfrentar a alguien que es muy poderoso. Satan es muy bueno manejando la espada, sin embargo, es lento y sigue teniendo defectos al luchar.

—¿Yo sola? —pregunté asustada. No me gustó a dónde me iba a llevar la diablesa y me entraron escalofríos por todo el cuerpo.

Ella asintió con la cabeza y me miró con confianza.

—Sí. Tienes que hacerlo. Todo este entrenamiento ha sido para esto.

—¡¿Pero tú estás loca o qué?! ¡Me voy a enfrentar a un dios! ¡No pienso luchar para morir!

—Si no te enfrentas a él, la Tierra será conquistada por los demonios y nada volverá a ser igual...

Me levanté y salí volando. Tenía miedo. Mucho miedo.

¿Por qué Satanás no nos ha matado a todos con lo poderoso que es? Ahora tenía el triple de dudas y sólo quería estar sola y pensar.

—John... No sé si cumpliré mi promesa. Perdóname... Esto es demasiado para mí. Lo siento. Si estuvieras aquí... Todo sería más fácil...

Seguí volando y rompí a llorar. Hablé conmigo misma con muchas dudas, y una voz misteriosa me respondió.

"—¿Y qué es lo que tengo que hacer? Estoy tan perdida... No sé si seré capaz...
—Por supuesto que lo harás. Salva la Tierra y... Cuida de Sublatti po... Yo confío en tí, eres nuestra única esperanz...".

La voz se cortó. No escuché nada más de lo que me decía desde entonces. Pero algo me decía que me dejaba algo atrás, algo que no debería haber abandonado...