Capítulo 24(Sexto desafío)

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Aparecí en un lugar caluroso y feo, pensando en que podría ser el infierno. El paisaje estaba cubierto de rocas y un líquido rojizo desconocido, sin fiarme de tocarlo.
Estuve andando un poco por allí por la zona para explorar, viendo solo piedras.

"¿Dónde estoy? Parece que este reto va a ser difícil" -pensé mientras cruzaba de brazos.

En la distancia vi un pequeño cartel y, con curiosidad, volé hacia éste. Cuando llegué, leí:

"Tu desafío está en una cueva subterránea a cien pasos rectos de aquí".

Cien pasos para llegar a mi desafío. Me coloqué donde estaba el cartel y comencé a dar pasos, sin olvidarme de contarlos.

Después de un rato caminando y contando, conseguí llegar a mi destino tras ir calculando mis pasos.

-Noventa y ocho, noventa y nueve... ¡Cien!

Miré hacia delante y descubrí la cueva que me indicaron anteriormente. En la entrada, había otro cartel que decía:

"Sigue hacia delante. Te espera Cerbero, la bestia más poderosa del infierno".

-Así que... Esto es el infierno... Pues no me gustaría vivir aquí. Es un lugar bastante desagradable y caluroso para mi gusto.

Me adentré en una cueva y frené debido a la inexplicable aparición de la oscuridad al entrar. Llegué al final de la cueva, donde había un gran agujero en una de las esquinas. Como no vi a ningún monstruo "temible", lo que hice fue sentarme y meditar.

Pensé en todo, en cada cosa que me había pasado... Y las dudas sobre mí misma. Recordé lo último que dijo John antes de irse.

"-... Este es mi destino...".

¿Por qué dijo eso? ¿Lo sabía? Él predijo todo, y murió por ocultarlo. Seguramente conocía a mi pasado, y tampoco me explicó nada. Tampoco entendía que hacía aquí, desafiando al dios de los demonios y terminando la venganza que Sublatti no podía continuar. John no iba a volver. Pero los recuerdos de ese ángel que fui yo, sí.

Sostenía entre mis brazos a un ángel herido a muerte, con una espada clavada en su espalda. Sangraba, pero sonreía a su desgracia. Yo lloraba, lo intentaba animar a recuperarse. Él, ese ser celestial de ojos y pelo castaños adulto, me dijo unas palabras:

" -Di..., yo sé que eres la elegida, quién nos salvará de esto... Eres de quién habla la leyenda...".

¿Qué leyenda? ¿Por qué no podía oír el nombre entero de esa chica, de quién era los recuerdos? Temblaba, temblaba por los nervios. No soportaba ver más esas cosas, necesitaba conocer todo y a esa tal Di-no-se-qué.

De repente, se escuchó un gran estruendo. Me levanté del susto y me pegué a la pared porque sabía que algo iba a pasar.

Del agujero salió una bestia grande y horripilante. Era... ¿un perro gigante con tres cabezas? No parecía dócil ni adorable como los que vi, ni mucho menos pequeño. Sus bocas eran grandes, con unos dientes muy afilados, de éstas, salía un montón de baba. Cayó un poco a mi lado, e hice un gesto de asco por no tocar esa cosa viscosa.

-Vaya si es grande el perrito...

-¿Te gusta, angelito? Es mi mascota favorita, Cerbero. Es una bestia ejemplar y nadie le ha retado, así que estás de suerte. Tiene una fuerza, vista y olor excelentes. Me ha pedido jugar con alguien, tú serás su nuevo juguete. Pero ten cuidado, no le gustan los ángeles.

Maldije al demonio y saqué a la espada. Al empezar el combate el enemigo corrió directamente hacia mí con una extrema felicidad. Agachó sus cabezas y lanzó un montón de babas al aire. Salió disparada hacia mí, acabando empapada. Intenté retirarla de mi cuerpo gritando.

Angel of Darkness©(#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora