Angel of Darkness©(#1)

Capítulo 6

El viaje aéreo todavía no había terminado, pues llevábamos tres días volando. Ya no tenía dificultades para volar, apenas notaba que tenía alas. Sublatti parecía tener energía infinita, lo contrario que a mi me ocurría. Mis alas comenzaron a fallar, al igual que las fuerzas. Mi compañera, al verme, me agarró por las axilas y siguió volando. Los demonios tenían su parte mala, pero también su parte buena. A parte de tener un buen estilo de combate y fuerza, podían estar sin dormir, comer y beber durante meses.
Me sorprendía las habilidades que tenía Sublatti. Aunque fuera de una especie maldita yo sabía que ella era diferente a los demás. Desde que la conozco ha demostrado que, entre los seres malvados y despiadados, siempre hay uno de ellos que es capaz de serte fiel y mostrar su bondad. El caso es que las dos éramos todo lo contrario a lo que debíamos ser. Yo, un ángel oscuro y ella, un demonio bueno.

Aterrizamos cerca de un río y me dejó tumbada sobre la poca hierba que había.

—Deberías descansar. Te noto cansada, podrías morir de agotamiento.

Me acomodé en el suelo haciendo caso a su consejo. Cerré los párpados y descansé.

"Aparecí en el campo y vi a John corriendo hacia mí desde la distancia.

—¡John! —le llamé.

Él llegó a mi lado y me abrazó.

—¡Darkia! ¿Dónde has estado? Te estaba buscando y no te encontraba.

—Yo... He estado viajando —dije riéndome.

Le abracé con mucha fuerza y estuve a punto de llorar.

—¿Y hacia dónde estás viajando? —me preguntó con voz infantil.

—Estoy viajando en busca de alguien. Tengo unos asuntos pendientes.

—¿Qué asuntos? ¡Tienes el pelo más oscuro! Y tus ojos también...

—Ya lo sé —sonreí.

Me cogió de la mano y me arrastró por el campo corriendo por el césped y pasándolo bien. Después, él se tumbó en el suelo y yo me senté. De repente, el cielo se tintó del color de la sangre y aparecieron personas corriendo y gritando:

—¡Socorro!

John me miró confuso y se marchó en el sentido contrario al que iban los demás.

—¿John? ¿Adónde vas? ¡No es por allí! ¡Vuelve! —le grité mientras le perseguía.

Él se adentró por la maleza y yo le seguí. Corría demasiado rápido y apenas podía alcanzarlo.

—¡Espera! ¡No corras tan rápido!

Éste se detuvo y se quedó inmóvil observando algo. Cuando llegué, le toqué el hombro y le pregunté:

—¿Qué te pa...

Pero lo que vi no dejó que terminase la pregunta. Era un demonio de una altura demencial. Miré hacia arriba y se me quedó la boca abierta.

—¿Qu-e es e-so?

—No lo sé, pero no es bueno.

Me acerqué a ese monstruo y lo contemplé fijamente. Éste se acercó a mí y rugió.

—¡Tú! —apuntó con su dedo hacia mí —. ¡Ella no es una persona! ¡Es una maldita!

John le escuchó y me miró asustado.

—¿Eso es verdad, Darkia? ¿Me estás mintiendo?

—No es cierto... Yo soy una persona. Créeme, soy tu hermana.

—¡No es verdad! ¡Mientes!

—¡No! John... No le creas...

—¡Aléjate de mí! Tú no eres mi hermana... ¡Eres una farsante!

—No digas eso...

Mis alas negras aparecieron de repente. John comenzó a chillar y el suelo empezó a temblar. Él se tiró al suelo y siguió gritando. El demonio me atrapó y e intenté escapar de sus enormes garras. Éste se rió y me gritó:

—¡NO PUEDES GANARME! ¡ERES UNA PERDEDORA!

Entonces, me acercó a su boca y me introdujo dentro. Mucho después caía por un pozo sin fondo y grité".

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—¡Eh! ¡Despierta!

Era Sublatti. Todo había sido una pesadilla.

—¿Qué ocurre?

Abrí los ojos y dejó de sacudirme. Estaba sentada a mi lado.

—Estaba durmiendo mientras miraba el sol y gritó muy fuerte. Ha tenido un mal sueño. Decía:"¡John!". ¿Quién es?

—La persona muy importante para mí.

—Lo siento mucho...

Me incorporé y moví las alas.

—Tenemos que continuar el camino. Ya tengo fuerzas para seguir.

Ella me observó y se levantó.

—Ángel, ¿cuál es tu nombre? Si yo tengo un nombre usted también. Si somos compañeras, tenemos que conocernos, ¿no crees?

—Mi nombre es Darkia.

—Mucho gusto, Darkia.

Incliné la cabeza, bebí un poco de agua del río cercano, y proseguimos el viaje. Mientras volábamos, pensaba en aquel demonio que apareció en mi sueño. En el horizonte se divisaba el amanecer.

"Me hubiera gustado haberte conocido mejor, John...".