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Mediados de 1538

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Mediados de 1538.
Reino de Dinamarca y Noruega.

Stella era tan solo una joven de dieciséis años, cabellos rubios como el sol y el trigo con ojos azules como el mar, criada solamente por su padre Axel. No conoció a su madre pero sabía que se llamaba Eline y que murió poco después de que ella naciera.

Su padre se dedicó a criarla y creció en la corte del rey Cristian II de Dinamarca ya que su padre formaba parte del consejo del rey, habia crecido jugando en los jardines con las princesas Dorotea y Cristina pero lastimosamente se separaron ya al crecer.

Dorotea se había casado con Federico II del Palatino mientras que Cristina con el Duque de Milán para posteriormente quedar viuda, aunque intercambiaban muchas cartas con frecuencia sin duda alguna.

── Padre.

── ¿Si mi pequeña niña?  ── ambos se encontraban cenando en medio de la luz de las velas  ──. ¿Que ocurre?.

── ¿Puede que algún día me casé con alguien de la nobleza o tal vez de la realeza como Doro y Cris?  ── pregunto la joven de dieciséis años pensativa mientras miraba a su padre.

── Puede ser mi niña. Pero quien sabe, el destino lo decidirá.  ── aseguro Axel terminando la sopa que había hecho  ──. Pero mientras tanto disfruta de tu libertad antes del matrimonio. ¿Si?.

── Esta bien.

A pesar de todo, la joven era culta, inteligente y dulce, con muchos pretendientes detrás de ella como el príncipe Juan, hijo del fallecido rey Federico I aunque nunca le hizo caso y lo ignoro totalmente durante su cortejo para querer pedirle matrimonio.

Aunque mantenía una buena relación con la reina viuda Sofía, la segunda esposa del fallecido rey además de las princesas Isabel y Dorotea, aún su padre mantenía su papel en la corte danesa.
















Aunque mantenía una buena relación con la reina viuda Sofía, la segunda esposa del fallecido rey además de las princesas Isabel y Dorotea, aún su padre mantenía su papel en la corte danesa

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Los días pasaron y con aquello Axel tuvo que viajar a Venecia con Stella para comprar algunas cosas necesarias para regresar. Aunque tuvieron una breve estadía en el Sacro Imperio para poder descansar y continuar con su viaje.

𝐉𝐨𝐲𝐚 𝐝𝐞 𝐟𝐮𝐞𝐠𝐨 | Siglo Magnífico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora