Era conocida como la joya de fuego del sultán, la joya del príncipe. Conocida por su cabello como la nieve y ojos como el mar. Lo que empezó como una amistad, acabó en un amor duradero.
Ella es Alev Zaniah Sultan, la joya de fuego del Imperio, espos...
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Alev se sentía más que extraña, se le hacia raro no ver a Mehmet en varios días, se sentía mas que en la profunda soledad de sus aposentos, a pesar de que tenía la compañía de Ilkay y de Azra.
Incluso recién había entrado una joven a sus servicios: Aylin hatun, de origen griego, antes llamada Iona. Había sido preparada por Azra para servir a la joven consorte del şehzade.
No solo eso, también se distraía jugando con Esra quien crecía cada día más sana y fuerte. Llamaba la atención por su cabello blanco como la nieve y sus ojos azules como el mar, se parecía mucho a ella.
── ¿Que le pasa?, se ve como apagada y triste. ── dijo tímidamente Aylin asomándose teniendo en brazos a la pequeña Esra.
── Estoy bien, no te preocupes Aylin. ── Alev acarició la mejilla de su pequeña hija quien rio ligeramente ──. Solo son cosas. ── murmuro mientras miraba a su pequeña para tomarla en brazos ──. ¿Puedes retirarte?, quiero estar sola.
── A sus órdenes, hatun. ── Aylin hizo una reverencia para posteriormente irse dejando a Alev sola en sus aposentos.
Alev se quedó en la soledad de sus aposentos, viendo cómo el sol entraba por la ventana de sus aposentos, se sentía en la más absoluta soledad. Suspiro un poco mirando a la nada.
── No entiendo porque tú padre nos ha venido a visitar y se siente raro. ¿Que habra pasado? ── susurro la joven a su pequeña en brazos ──. Seguramente está más que ocupado, es uno de los favoritos para ascender al trono por encima de tu tío Mustafa cuando tu abuelo Süleyman muera. Es una guerra silenciosa. ── murmuro.
Se quedó mirando por el balcón de sus aposentos mientras arrullaba a Esra quien se encontraba distraída y feliz en los brazos de su madre. La princesa de su padre así como de sus abuelos.
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