Era conocida como la joya de fuego del sultán, la joya del príncipe. Conocida por su cabello como la nieve y ojos como el mar. Lo que empezó como una amistad, acabó en un amor duradero.
Ella es Alev Zaniah Sultan, la joya de fuego del Imperio, espos...
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Alev había llegado al último mes de embarazo, se sentía mas que cansada ademas que tenia que llevar vestidos holgada para estar mucho más cómoda pero en ocasiones llevaba vestidos que resaltaban su viente ligeramente.
No solo eso, era la envidia del harén, algunas concubinas quisieron hacerle daño tanto a ella como al bebé, Azra se encargó de darles una buena lección. Aynışah hatun fue encontrada muerta colgada casi sin sangre además de ser torturada y asesinada de la peor forma, su expresión era de horror sin duda alguna.
Hürrem estaba preocupada día a día por su yerna quien siempre iba a visitarla todos los días, lo mismo Mihrimah para ver cómo estaba. Ilkay se encargaba de cuidar a su amiga además que Azra había ordenado que trajera a la mejor partera que hubiera en el Imperio para que atendiera a Alev durante el nacimiento del pequeño o la pequeña.
Los aposentos de la danesa fueron renovados para ser mucho más cómodos y fuera más fácil para la futura madre, habían traído todo lo necesario, entre ellas una hermosa cuna así como ropa de la mejor calidad para el futuro şehzade o sultana sin duda alguna.
── Dentro ya vas a nacer mi niño, o mi niña quien sabe. ── susurro Alev mientras acariciaba su vientre sintiendo las ligeras patadas ──. Porque se que serás bendecido por Freya y también por la luna que me bendijo a mí con una gran belleza. ── murmuro la danesa con una pequeña sonrisa.
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