Era conocida como la joya de fuego del sultán, la joya del príncipe. Conocida por su cabello como la nieve y ojos como el mar. Lo que empezó como una amistad, acabó en un amor duradero.
Ella es Alev Zaniah Sultan, la joya de fuego del Imperio, espos...
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Habían pasado unas semanas desde que Stella fue golpeada por Menekşe hatun quien recibió un buen castigo por parte de Azra y había sido enviada al Viejo Palacio como castigo.
Gracias a un tratamiento, los golpes de Stella había desaparecido aunque quedaban ligeras marcas en cuerpo así como haber dejado de sangrar por el labio.
Ilkay había pasado al servicio como criada de la sultana Azra y se había vuelto cercana a Stella quien agradecía su presencia que le tranquilizaba sin duda alguna.
── Tengo más que miedo de que me vuelvan a hacer algo. ── confesó Stella a Ilkay mientras terminaban de hacer la limpieza ──. Me da escalofríos al recordar algo.
── Olvídate de esos momentos. ── aseguro Ilkay a su amiga ──. Ahora solo concéntrate en lo que sigue adelante. ── comento la rubia terminando de acomodar los libros en el estante que previamente habían limpiado entre las dos.
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Stella se sintió extrañada al ver que Mehmet le había llamado a sus aposentos. Antes de ir se arregló un poco con ayuda de Ilkay para luego ir.
Los ağas la dejaron entrar, la joven de dieciséis años solo miro al şehzade quien terminaba de servirse una copa de vino.
── ¿Para que me has llamado? ── pregunto Stella mirando al şehzade ──. Estaba a punto de irme a cenar con Azra.
