No había nada en la vida de Fluke que lo hubiera preparado para contemplar el rostro de Ohm en aquel momento.Primero le pareció que se le paraba el corazón, para, después, comenzar a latir tan deprisa que creyó que se iba a desmayar.
Ohm, siempre tan dueño de sí mismo, tan severo, tan reflexivo al hablar y actuar, parecía desatado.
A él no le dio tiempo ni a tomar aire.
Él ya estaba a su lado y lo
abrazaba.Después su boca descendió hacia la suya.
Y todo ardió.
En la catedral, sentir la presión de su boca lo había conmocionado.
Se había abierto paso en su interior para recalarle entre los muslos, por lo
que se había pasado el banquete inflamado de un deseo que conocía en
teoría, pero que nunca había experimentado.Al menos, no de aquel modo, con el recuerdo de sus firmes labios sobre los suyos, que hacía que se lo cuestionara todo.
Ahora, el fuego de su boca y el modo de abrirse camino entre sus labios le provocó otro fuego que aumentó y tembló en su interior hasta
convertirse en otro zumbido.Más alto e intenso.
En el internado les habían hablado sobre la mejor forma de
enfrentarse a la pérdida de la virginidad, dado que esta era moneda de cambio en el casamiento de aquellos muchachos.«Aunque os sintáis abrumados, debéis aceptarlo», les aconsejaban los
profesores. «Depende de vosotros hallar placer, os lo ofrezcan o no».Todos los alumnos del curso de Fluke se habían mostrado muy decididos al hablar de aquel tema. Si eran ellos los que debían buscar el placer, lo harían. Leían mucho y observaban. Sabían que lo que les habían dicho era verdad.
Pero Fluke no creía que llegaría a encontrarse en una situación en la
que no le sería necesario buscar su propio placer.Porque la palabra «placer» no expresaba ni de lejos lo que estaba
sintiendo, mientras Ohm lo besaba apasionadamente.Como, si fuera a devorarlo, si de él dependiera.
Se estremeció de alegría al pensarlo.
De repente se percató de que él lo tomaba en brazos sin dejar de
besarlo. Fluke le correspondía buscándole la boca y aprendiendo de él cada vez que le deslizaba la lengua o lo mordisqueaba levemente con los
dientes.Lo depositó en lo que él supuso que sería la cama, aunque no se molestó en comprobarlo, porque de lo único que se dio cuenta fue de que se había separado de él, por lo que gimió.
Lo miró. Nunca lo había visto así. Sus ojos brillaban de deseo y su
aristocrático y severo rostro había cambiado, como si sintiera el mismo
fuego que a él lo devoraba.Él se situó entre sus piernas y le acarició el cabello. Después,
mirándolo con intensidad, comenzó a «aprendérselo».Fluke no halló otra forma de describirlo. Parecía que se lo estuviera
aprendiendo de memoria con las manos y, a continuación, con la boca.
Comenzó por la sien y fue descendiendo por las cejas, los pómulos, la nariz y los párpados.Siguió por el cuello hasta llegar a uno de los pezones, besándolo por
encima de la tela de la camisola,
haría parecer un virgen gótico de otra época. Sin embargo, suspiró de
felicidad al ponérselo, porque era tan suave que le acariciaba la piel.Aunque ahora se daba cuenta de que no tenía ni idea de qué se sentía al ser
acariciado.Se lo estaba descubriendo Ohm.
Él no intentó levantarle la prenda ni introducirle la mano por debajo. Lo que hizo fue tumbarlo en la cama frente a él.
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Pasión sin amor.
FanfictionSu majestad necesitaba un esposo... Pero ¿podía el deber convertirse en amor? Fluke Natouch sabía que estaba destinado a un matrimonio de conveniencia, así que, cuando su padre le dijo que se comprometería con un rey, con el que se casaría sin estar...