2. Impressions

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- ¿Ghost? -  Repitió Saturna, asintiendo con la cabeza levemente. - Okay..

Nuevamente ambos se quedaron en silencio. Saturna desviaba la mirada mientras aún se escondía detrás de su snack nocturno, mientras que por su parte Ghost no le apartaba la mirada, como si estuviera intentando descifrar sus secretos más oscuros. Aterrador.

El tiempo iba demasiado lento para Saturna, cada vez se sentía más incómodo. Decidió que era suficiente, no diría nada más, verdad?

- Bueno, Ghost.. Fue un placer conocerlo.. - Dijo recomponiéndose. - Una disculpa por... Suponer que era la mismísima parca. 

- No es la primera. - Dice él justo después de que ella terminara de hablar.

- Ah... Okay, está bien, sí. - Dijo caminando por su lado, rodeándolo. 

- Adiós.

- Adiós. - Se despidió ella con una sonrisa rara, y se dio la vuelta rápidamente para empezar a caminar hacia su segura habitación.

Llegó, cerró la puerta y se metió directamente en su cama. No quería pensar mucho en ese "encuentro", sabía bien que podía haber gente de todo tipo en un lugar como ese, pero aún así ¿Qué había sido eso?

(...)

- Ah... Sí, ese tipo. Es un total atípico. - Mencionó Lewis mientras caminaba junto a Saturna, al día siguiente. - Me da demasiada gracia cómo te asustaste así.

- Lo digo en serio, creí que me iba a morir. - Bromeó Saturna.

- Bueno, no te culpo. El Teniente sí tiene esa aura de terror a su alrededor. - Sat se encogió de hombros. - Pero me alegro de que hayas salido con vida.

- ¿Qué?

- Era broma, obviamente ibas a salir con vida... Es que no era luna llena.

- ¿¡Qué!?

- ¡Que es broma, ja!

- Ay, como sea. - Ambos se sentaron en una mesa de la cafetería, Sat cambió de tema. - ¿Cuál va a ser mi primer misión?

- Ah, no linda, no sé. No soy tu superior, eso no me compete. - Dijo Lewis. - Si estás tan impaciente por hacer algo, ve y dile a Price que quieres limpiar las duchas.

- Ew, no. Y no estoy impaciente, se llama vocación. - Dijo con cierta autosuficiencia.

- ¡Amiga, llegaste hace literalmente 3 días!.. Dale tiempo al tiempo.

- ¡Pero yo vine a trabajar!

- Las duchas están muy sucias. - Dijo Lewis con una expresión pícara.

- Agh, olvídalo. - Dijo ella dándose por vencida, mientras Lewis solo trataba se aguantar su risa. - Estaba pensando en... - Saturna dejó de hablar cuando vio a aquel hombre que no se quitaba el pasamontañas de calavera, caminando por la cafetería hacia el mostrador de comida. 

- Ah, mira. - Señaló Lewis. - Ahí está.

- ¿Es él? Ah... De día no se ve tan macabro.

Ambos ahora estaban mirando desde su mesa al Teniente, viendo como servía una masa amorfa de comida en su bandeja. - Todas las mañanas, Ghost, viene a la cafetería y sirve lo necesario en su plato. - Dijo Lewis.

✮ Las Aventuras de Saturna ✮ Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora