5. Bane

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DISCLAIMER:

CAPÍTULO CON TEMAS SENSIBLES PARA ALGUNOS LECTORES

(ADICCIONES, VIOLENCIA INTRAFAMILIAR)

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La banda bajó del escenario, entre vítores y aplausos. Estaban eufóricos, era visible su contento por la presentación. Al igual que el público.

El director tomó el micrófono y despidió a los presentes. La noche había acabado.

Saturna y Camomille se despidieron de Sebástian y Monk, mientras iban a su habitación compartida en el campus. Saturna se tumbó en la cama, mirando hacia el techo, mientras Camomille se quitaba los pendientes y accesorios.

- Fue muy bueno. - Dijo la rizada. - Estoy satisfecha por cómo terminó.

- Sí... Estabas muy nerviosa al principio. Casi temblabas. - Le contestó Saturna, aún asimilando la presentación.

- Pero al final toqué como nunca. - Respondió. - Mi bebé, (su teclado) ayudó bastante.

- Sí... - Una notificación en el teléfono de Saturna la levantó de la cama.

Era Sebástian. Iban a verse.

- ¿Es él? - Preguntó Camomille.

- Adivinaste... Nos vemos mañana, okay? - Dijo Saturna saliendo de la habitación. - Descansa!

- Adiós... - Camomille se quedó en el dormitorio, suspirando.

Saturna llegó a la habitación de Sebástian, al otro lado del campus, en los dormitorios masculinos. Ella entró por la ventana, sin llamar la atención de nadie. Aunque no le importara mucho.

- Aquí estás. - Saludó Sebástian en un tono bajo. - Entra, entra.

Saturna se apresuró a ingresar en la habitación, cayendo sobre la cama torpemente.

- ¿No está tu compañero? - Preguntó ella.

- No. Creo que no volverá. - Le respondió el guitarrista.

Saturna sonrió, miramdo a su alrededor. Después de un rato volvió a hablar.

- Tocaste muy bien esta noche. - Lo felicitó.

- Gracias. Tú tampoco estuviste nada mal. - Le dijo mientras se acercaba a ella en la cama.

- Ah, supongo que mi motivación fuiste tú. - Dijo la joven Saturna con una sonrisa coqueta.

Sebástian le devolvió la sonrisa, y sin previo aviso la tomó del rostro, y le robó un beso.

Saturna se sorprendió un poco al principio por la inmediatez, pero correspondió enseguida.

Entonces pasaron la noche juntos.

(...)

A la mañana siguiente, se encontraban Sebástian y Camomille en clase de estadísticas, aunque no prestaban mucha atención. De hecho, lo verdaderamente importante era la conversación (o sermón) que la chica tenía con el guitarrista.

- Sebástian, dime algo.

- ¿Qué? - Le respondió él, sin quitar la mirada de su cuaderno.

- Pero responde con sinceridad, ¿quieres?

✮ Las Aventuras de Saturna ✮ Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora