𝑭𝒂𝒕𝒆: ¿ժҽ զմҽ lαժօ ҽsԵάs? [TwcNr]

✦𝒁𝒖𝒆𝒓𝒔𝒕.

POV Bill

La notificación llegó a mi nuevo teléfono, haciendo que me separara de la computadora un momento para tomar ese aparato que no entendía por qué rayos lo había comprado. Bueno, sí sabía por qué o, mejor dicho, por quién lo había comprado. Lo tomé y lo desbloqueé, mirando que una nueva aplicación había recibido un mensaje de "registro". ¿En serio?, bufé sonoramente y llamé a gritos a la persona que sabía que era responsable, mi hija Samantha.

-¡Nena! ¿Podrías bajar un momento? -la llamé desde el pie de las escaleras. Asomó su cabeza por el pasillo y me indicó que esperaría, eso solo significaba que nunca iba a bajar. Subí las escaleras y entré a su habitación, encontrándola haciendo de todo menos algo coherente. Sami, como le digo de cariño, es mi hija, como ya dije, pero lo que no dije es que estaba obsesionada con que yo rehiciera mi vida en el plano sentimental. Sami tomó nuestra separación con madurez, a su corta edad sabía que era la mejor opción, y aunque no odiaba a su padre, siempre me prefirió a mí por encima de todo.

-Sami, nena, ¿qué es esta app? -le pregunté, y le mostré su icono. Ella solo se encogió de hombros. -¿No sabes? -pregunté de nuevo, y esta vez sonrió con esa ternura que la caracteriza.

-Bueno, la borraré -dije, levantándome de la cama.

-Está bien, si sé qué es... Es una app de citas -explicó, levantándose también de su silla.

-¿De citas de qué? -indagué, haciéndome el tonto.

-Citas amorosas -susurró entre dientes. Me senté de nuevo y suspiré al tiempo que volvía a sonar de nuevo con otra notificación.

Desbloqueé la pantalla y leí su nombre: ~Gaydar~. ¿En serio? ¿Qué clase de sujeto le nombra así a una app? Le di click y abrió su interfaz, era llamativa, sencilla y muy rápida. El sobre se movía, indicando que allí debía oprimir, así lo hice. Enseguida aparecieron unas opciones donde yo debía anotar mi nombre, gustos personales y hacer una descripción de cómo quería a mi futuro match. Puse los ojos en blanco, ¿cómo lo quería? Lo único que me importaba era que buscara lo mismo que yo, una vida tranquila, pero dudaba que en una aplicación de esas hubiera un hombre así. Me estaba debatiendo en llenar el formulario o no cuando Sami me quitó el teléfono y comenzó a teclear, llenando las casillas y preguntando qué debía colocar.

-Bueno, ¿y cómo quieres al posible candidato?

-mmm, no sé, tal vez que sea tranquilo pero no mucho, que sea amoroso pero no empalagoso, que tenga un trabajo estable pero que no ocupe todo su tiempo, que sea hogareño pero que le guste aventurar...

-¡Papi!... Ese hombre no existe -se quejó mi princesa.

-Lo ves... Borra la app, Sami, antes de que tu hermano la vea y definitivamente no quiera volver a verme -dije.

-Kevin debe entender que tú necesitas rehacer tu vida, como también lo debe hacer mi papito -dijo Sami.

Mi hijo Kevin era diferente a Sami, él lo había pasado mal cuando le dijimos que nos íbamos a separar, me culpó de todo lo que ocurrió, tanto así que se fue con su padre a vivir en su nueva casa y venía una vez por semana a quedarse en la mía, pero que mayormente la pasábamos discutiendo.

Cuando Sam terminó de llenar el formulario, bajamos al salón para abrir la puerta cuando la tocaron, sabía que era Kevin con su padre. Este día no le tocaba quedarse conmigo, pero Gustav tenía un compromiso y me pidió el favor de cuidarlo por esa noche.

-Hola, bebé -saludé, pero solo me dio un rápido beso y subió a su habitación.

-¿Y ahora qué le pasa? -le pregunté a mi exesposo cuando entró a dejar la cena que había comprado para nosotros.

-Se enteró del compromiso que tengo hoy -me informó, siguiéndome a la cocina.

-¿Y qué compromiso es? -indagué curioso cuando preparaba los platos para servir la cena.

-Tengo una cita -murmuró, sirviéndose un poco de agua.

-Oh -expresé sorprendido.

Gustav y yo llevábamos un largo tiempo separados en el cual ninguno de los dos habíamos buscado otra persona para continuar nuestra vida, y no era que me molestará, pero sí fue un poco raro saber que tu exesposo de más de dieciocho años se vería con otro hombre.

-¿Qué sucede, Bill? ¿También me dirás que ha pasado muy poco tiempo? - preguntó.

-Han pasado seis meses de nuestro divorcio, solo me tomaste por sorpresa -respondi.

-En eso quedamos, en que íbamos a rehacer nuestras vidas -dijo.

-Sí, lo sé, pero... ¿y cómo se enteró Kevin? -pregunté.

-Vio los mensajes de Andy -respondió.

-¿Andy? -.

-Así se llama el chico que veré hoy... Y ya me voy, debe estar esperando en el restaurante -me dio un beso en la mejilla, se topó con Sami que venía entrando en la cocina, se despidió de ella y salió a toda prisa por la puerta trasera.

-¿Qué tienes, pa? -indagó Sami cuando me quedé callado por un momento.

-Nada, se siente extraño que Gustav se vea con otro chico -respondí.

-Ay, pa, ¿estás celoso? -exclamó riendo a carcajadas mientras yo ponía los ojos en blanco.

-Ya, niña, tú sabes que así como estamos es perfecto para los dos -dije.

-Lo que debes hacer es buscar tú también un hombre como mi papi -me dijo.

-¿Debería? -pregunté.

-Es lo que creo yo -me dijo y se acercó para besar mi mejilla.

-Oye, y tú, ¿para dónde vas? -indagué al verla arreglada y lista para tomar las llaves de su nuevo auto.

-Voy a salir con Ken al cine -respondió.

-¿Cuándo van a oficializar su relación? -pregunté.

-Él no está enamorado de mí, pa -me dijo.

-Sí, como no, si vive prácticamente aquí, todos los días viene a verte, eso no es normal -dije.

-Sí es normal porque nos llevamos bien, pero como amigos -me dijo.

-De acuerdo, no te vayas a tardar mucho en la calle... -dije.

-Sí, pa... -dijo dándome un beso rápido, tomó una papita frita, se la comió y salió por la puerta trasera.

-¡No te demores, Samantha! -grité desde adentro y ella contestó un gran "sí" desde afuera. Ahora tenía que lidiar solo con el ogro enjaulado que tenía por hijo.