52: A UN CLICK, FIN

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-La fotógrafa va a llegar a en media hora. - Becky me avisó mientras terminaba de vestirme.

-No entiendo porque Antonia no quiso ir de viaje o cualquier otra cosa. - Becky se recostó de la pared mientras me veía a través del espejo.

-A Antonia no le llama la atención los viajes o ir a Europa de compras. Llévala a la tienda de la esquina donde venden objetos de deportes y será feliz.

-Por eso acordamos que iremos los partidos que ella quiera para que conozca sus deportistas favoritos. Pero... Ella sabe que podía pedir regalos.

Negué con la cabeza mientras terminaba de ponerme el último arete.

-Y lo hizo, pidió que todos nos vistiéramos de deportistas para su fiesta. - Me acerqué a Becky, me acerqué a la chica kickboxing.

-Creo que no hay mayor regalo que ese, ¿Quién ha logrado que Victoria no use vestido? O... Mejor ¿Quién luego de tanto tiempo, logró que te pusieras los guantes?

Cuando joven, Becky practicaba kickboxing, pero lo dejó a un lado cuando descubrió su obsesión con el trabajo y los trajes hechos a la medida.

-Y quien te viera... Corredora de NASCAR.

-Era eso o ser boxeadora y no quiero una pelea contigo. - Le sonreí para salir del armario.

Y era el primer cumpleaños que celebraríamos en nuestro nuevo hogar. Una casa con dos ascensores. Doce habitaciones, veinte baños, dos piscinas, tres canchas, una pista de skateboard, un pequeño rancho para animales, un gimnasio, un pequeño cine, una biblioteca, dos cocinas, tres oficinas, una habitación convertida en un pequeño estudio de música, la habitación especial para Sarah, un sauna y varias habitaciones más, incluyendo un Jacuzzi en el techo.

Mi mente se transportaba a Italia.

La mansión Italiana y no era para menos, en cada habitación había un pequeño panel de control. Toqué a la puerta de Antonia y escuché su "pase".

Abrí la puerta para encontrarme con mi bebé casi lista para bajar.

-¿Estás lista? - Le pregunté y negó con la cabeza.

-¿Qué te falta?

-No me gusta como se me ve. - Señaló la gorra que tenía en sus manos.

-Eso se resuelve fácil. - Tomé la gorra y se la coloqué al revés.

Sonreí al verla, su camisa de botones de baseball y su gorra.

Una skater pelotera, única en su clase. El ambiente, por primera vez en mucho tiempo, volvía a ser alegre.

Tomé en brazos a Mateo cuando entramos a la habitación de Salomé y Becky tomó a Sabrina.

-Menos mal que no tenemos que tener todo el día los disfraces. - Becky suspiró mientras agitaba el guante de su mano libre.

-No te quejes, quisiste ese disfraz. Podías ser mi copiloto. - Le saqué la lengua, pero la mano de Mateo en mi rostro me interrumpió.

-Ya, ya dejo de burlarme de Blue. - Mateo cerró los ojos y los abrió.

-Tengo un mini guardaespaldas. - Becky sonrió.

-Vamos, señoras. A bajar, que hay una fiesta abajo. No en mi habitación. - Salomé terminó de maquillarse y casi nos saca a patadas de su habitación.

A Un Click: Lo SientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora