32: PERMESSO

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Volví a dormir dejando la alarma en punto a las siete. Sería un día largo y debía aprovecharlo.

Me levanté un poco desorientada por el llanto de un bebé.

Intenté despertar a Freen, pero se negó rotundamente a moverse. Me puse de pie y me encaminé siguiendo el llanto del bebé.

Salí de la habitación y giré hacia la izquierda. El llanto parecía provenir de mi oficina.

Abrí la puerta con cuidado y era imposible lo que veía.

¿Dónde estaban mis libros, escritorio, silla y muebles?¿Por qué la habitación estaba de color crema y había una cuna en medio?. Me acerqué cuatelosa, definitivamente el llanto provenía de ahí.

Me asomé con temor, pero unos pequeños ojos me miraron y el llanto fue sustituido por una sonrisa.

-¿Y tú quién eres pequeñín? — Le pregunté y solo sonrió.

Acerqué mi mano y tomó mi dedo en su manita.

-Tienes fuerza, pequeñín.

****

El despertador sonó y abrí los ojos al instante.Miré a todos lados, pero no estaba Freen, los terremotos ni pequeñín a la vista.

Dos golpe a la puerta me hicieron levantarme para ir a abrir.

-Blue, ya llegaron las estilistas. ¿Decidiste que hacerte? — Limón entró con una gran sonrisa y asentí.

-Sí, lo tengo muy claro.

-Entonces a moverte que para luego es tarde. — Me indicó que saliera, pero negué.

-No, dame un momento. Debo utilizar el baño y cambiarme. Bajo rápido.

Limón asintió y salió de la habitación.

Me miré al espejo por última vez luego de utilizar el baño y cambiarme.

Las puntas verde brócoli dejarían de existir.

-Las extrañaré. — Les di y salí.

Bajé lo más rápido que pude y fruncí el ceño al ver la peculiar escena en la sala.

Limón estaba jugando videojuegos junto al caballero David y mis hijos.

-¿Desde cuándo te gustan los videojuegos? — Pregunté en alto cuando me acerqué.

-Quiero compartir más con David, además es divertido. — Respondió y volvió a prestarle atención a la pantalla.

-Espero que ochenta pulgadas de pantalla sean suficientes para que veas tu derrota a manos de tu hijo. — Hablé mientras saludaba a los niños y solo recibí su dedo corazón en respuesta.

Me acerqué al comedor donde me esperaban mis tres estilistas.

-¡Boungiorno! Pueden acompañarme. — Indiqué mientras nos dirigíamos al baño de invitados del lado derecho de la casa que estaba adaptado para ocasiones como ésta.

-Necesito todo su talento en este cabello. Debo estar lista antes de las dos de la tarde. — Notifiqué mientras me sentaba en la silla, saqué mi celular, busqué la foto para que ellos supieran que quería y cerré los ojos.

-Pago triple si terminan antes, pero todo debe estar perfecto y habrá desayuno para todos en algunos minutos. — Pronuncié.

POV ALEXANDRA:
Mientras Becky era atendida por sus confiables estilistas, Limón batallaba por no perder frente a David.

A Un Click: Lo SientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora