19. Primer día

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El primer día de clase siempre tiene esa mezcla de nervios y emoción en el aire. Al entrar al instituto, todos parecían expectantes, y en cierto modo, yo también lo estaba. Sabía que, aunque había trabajado mucho para volver a estar dónde estaba, este curso sería un reto en muchos sentidos. No solo era mi primer año en Estados Unidos, sino que me habían subido de nivel en algunas materias. Eso significaba que compartiría clases con gente un año mayor que yo, incluyendo a Cameron y Brandon. Genial.

La mañana comenzó en el auditorio, donde la directora nos había reunido a todos para darnos la bienvenida y, por supuesto, su tradicional discurso de motivación.

- Este año es especial - comenzó la directora, con su tono autoritario pero amable - No solo porque todos vosotros estáis aquí para aprender y crecer, sino porque este año, el instituto organizará un evento que será recordado durante generaciones. En mayo, llevaremos a cabo un festival cultural y deportivo, donde cada uno de vosotros tendrá la oportunidad de demostrar sus habilidades en diversas áreas. Habrá competencias deportivas, torneos en equipos, presentaciones artísticas, y mucho más. Quiero que seáis parte de esta gran experiencia y que, desde hoy, penséis en lo que podéis aportar.

Un murmullo emocionado recorrió el auditorio. Todos empezaron a susurrar, claramente entusiasmados por el evento. A mí me encantaba la idea, pero también sentí una pequeña punzada de presión. Sería una oportunidad perfecta para volver a destacar, pero... ¿estaba realmente lista?

Después del discurso, nos dirigimos a nuestras clases. El primer día siempre estaba lleno de introducciones, por lo que las primeras horas fueron bastante relajadas. Primero tuve música, una de las materias que siempre había disfrutado.

Cuando entré al aula, vi que estaban los dos cursos juntos, lo que significaba que iba a ver a caras conocidas... y a algunas nuevas. Busqué un sitio cerca de Grace, que ya estaba sentada en una de las filas del medio. La clase estaba más llena de lo normal, pero aún así me las arreglé para encontrar un lugar junto a ella.

- ¿Lista para demostrar tus dotes musicales? - me dijo Grace, con una sonrisa divertida.

- Claro, si eso implica no desafinar - bromeé.

Justo cuando me estaba acomodando, alguien se sentó al otro lado de mí. Giré la cabeza y vi a un chico que no conocía. Alto, cabello castaño oscuro, con unos ojos verdes que destacaban bajo la luz de la ventana. Me sonrió de forma casual.

- Hola, soy Nate. ¿Tú eres nueva en esta clase? - preguntó, su tono amistoso y despreocupado.

- Soy Alex, y... bueno, no nueva en esta clase, si no en todas, Española, me he venido a vivir aquí un año - le expliqué

Él asintió y me lanzó una sonrisa cómplice.

- Bueno, pues espero que disfrutes. Esta clase suele ser interesante, aunque no siempre la más fácil.

Pasamos el resto de la clase escuchando al profesor dar una introducción sobre lo que estudiaríamos durante el semestre: practicaríamos instrumentos que supiéramos tocar, historia de la música, y algunos proyectos prácticos. No era nada que no hubiera escuchado antes, pero la idea de los proyectos me entusiasmaba.

- Y cómo no, lo mejor de todo, haremos unas audiciones para hacer una obra musical en conjunto con la clase de interpretación, Las audiciones serán a principios del segundo trimestre, ya os iré avisando.

A lo largo de la clase, Nate y yo intercambiamos algunas bromas sobre los instrumentos que tocaríamos, lo que parecía hacerlo reír. No pude evitar sentirme cómoda hablando con él, aunque no podía ignorar los codazos de de Grace indicándome qué Cameron y Brandon, que estaban sentados al otro lado del aula, no apartaban la vista de nosotros. En especial Cameron, que parecía estar un poco más serio de lo normal.

Calla y bésameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora