33. La Fiesta del año

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POV ALEX

Lush Life / Zara Larsson

La fiesta estaba en pleno apogeo. La música retumbaba en el suelo bajo mis pies mientras las luces de colores parpadeaban y se movían al ritmo. Era imposible no sentir la energía en el aire, esa mezcla de euforia y desenfreno que siempre surge en este tipo de fiestas. 

Alcé la vista y vi a Ruby en una esquina... ¡¿comiéndose la boca con... Josh?!

Miré a Cameron, no les había visto aun. Me acerqué a su oreja.

- Tu hermana va muy mal, y está haciendo algo de lo que se va a arrepentir

Él asintió. Los dos se separaron y Ruby me vio.

- ¡Vamos, Alex! - gritó Ruby obviamente borracha mientras bailaba - ¡Deja de mirar y ven aquí!

Reí, agitando la cabeza, no era el momento de hablar de Tyler con ella. 

No podía negar que me estaba divirtiendo más de lo que esperaba. La música, la atmósfera, las miradas furtivas de Cameron desde el otro lado de la sala... todo parecía como parte de un juego. Y yo estaba dentro de él, aunque no estaba del todo segura de cómo quería que terminara. 

Brandon apareció de repente, deslizándose a mi lado con una sonrisa descarada. 

- ¿Qué tal, Alex? ¿Lista para mostrarme esos movimientos de baile? - dijo, claramente en tono de broma, pero con ese brillo en los ojos que siempre tenía cuando intentaba coquetear. 

- ¿Movimientos? - me reí - Creo que me estás subestimando, Brandon. 

- Quizás. Pero necesito a alguien que me ayude a mejorar a mi - respondió, extendiéndome la mano. 

No pude evitar reírme de nuevo, y acepté. Brandon era encantador a su manera, ese tipo de chico que sabe cómo hacer que te sientas especial en una pista de baile. Empezamos a movernos al ritmo de la música, y pronto las risas comenzaron a fluir entre nosotros. 

- Entonces, ¿has pensado en mi oferta para usar esos condones? - susurró en mi oído, haciéndome reír tan fuerte que casi pierdo el ritmo del baile. 

- ¡Brandon! - le empujé juguetonamente - Eres imposible. 

- Bueno, no puedo evitarlo si siempre soy el más divertido del equipo - respondió, guiñándome un ojo mientras me daba una vuelta. Pero antes de que pudiera contestarle, sentí una presencia familiar detrás de mí. Cameron. ¿Porque siempre aparecía en el peor momento?

- ¿Me la prestas un segundo, Brandon? - dijo con una sonrisa divertida, pero sus ojos estaban fijos en los míos. Brandon rodó los ojos, pero se apartó, dejando a Cameron ocupar su lugar a mi lado. 

- Sabes que podrías haber sido más educado - le dije a Cameron, medio en broma, medio en serio. 

- Lo sé, pero no podía esperar más - respondió, rodeando mi cintura con suavidad y llevándome a un ritmo más lento que el de la música. 

Mis manos instintivamente encontraron su camino hasta sus hombros, y la tensión que había sentido en la cena volvió a aparecer, solo que esta vez más intensa, más palpable. Cada vez que me movía cerca de él, sentía su respiración rozando mi piel, su mirada clavada en mí. Era como si cada pequeña cosa entre nosotros estuviera cargada de significado, como si todo lo que habíamos hablado en el jardín del hotel estuviera tomando forma en ese preciso momento. 

- ¿Así que me dedicaste el touchdown, eh? - le dije con una sonrisa juguetona, tratando de aliviar la tensión. Cameron sonrió, esa sonrisa que siempre lograba derretirme un poco más de lo que quería admitir. 

Calla y bésameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora