Capítulo 32: Verdad.

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— Esto es el colmo, ¿de verdad tenían que seguirme hasta acá?

Abrió la puerta de su dormitorio de un puñetazo y se volteó a mirarlos a la defensiva. Los tres habían estado formando una columna y ahora se alineaban en una fila, mostrando diversas reacciones.

Lizandro estaba jaloneando a Enzo y Rodrigo sacudía la cabeza; su rostro reflejaba sorpresa y una sonrisa se dibujaba en las esquinas de su boca, que finalmente se abrían para hablar.

—No puedo creerlo, Cuti. No puedo creer que no me lo hayas contado, ¿Cuánto tiempo llevan juntos?

Dejó que el aire se escapara de su boca lo más lento posible y apretó las mandíbulas.

—¿Qué fue eso que vimos, eh? — El reconocido futbolista salió un poco de la borrosa nube en la que se encontraba y su rostro se volvió más asustado que antes

— ¿Qué significa eso que vimos afuera del cine?

Cristian apretó más la boca, pero seguía sin decir nada. Sabía que algo así sucedería tarde o temprano y aunque no le importaba soltarlo todo, no estaba con ganas de soportarlos, enfrentarlos ni responder a todas sus estúpidas preguntas.

—¿Qué te pasa, Cristian? ¿Qué fue eso allá en el cine? — continuó Lizandro con incredulidad y preocupación bombeándole la sangre

— No me digas que...

—¡Es lo que han visto, mierda, es lo que han visto! Ya me escucharon, ahora lárguense que no quiero hablar del tema.

—¿Es lo que hemos visto?

—Eso mismo, es lo que han visto.

—Tú no eres gay, loco.

Se mordió la lengua y se pasó la mano por la cabeza. La situación estaba comenzando a cansarlo.

—A mí me cae bien el chico y creo que hacen buena pareja, pero igual debiste habérmelo dicho antes. Pudimos haber hecho citas dobles y hablar mucho sobre eso...

— Rodrigo se encogió de hombros y adoptó una expresión más entusiasmada

— Sabía que tarde o temprano te enamorarías, ¿recién están saliendo?, ¿Dónde lo conociste?, ¿Cómo

}+ se llama?

Licha tosió, casi ahogándose ante lo que había escuchado.

—Estás pasando por un mal momento, eso es todo. Sé que el chico se ve muy andrógino y todo eso, pero... ¡es un hombre, Cristian! ¿Cómo vas a estar con un hombre? Tú mismo hablas pestes de los maricones.

—Cierra la boca, Licha, se ven genial juntos.

—¿Genial juntos?

—Lárguense — su voz resonó en la habitación, seca y cortante.

—Ah, ya sé cómo fue el asunto. He escuchado cómo son, una vez que te ponen el ojo, te acosan y no se detienen hasta atraparte. Seguro que se te mandó encima y que hizo de todo para metérsete por los ojos...Con razón, esa vez en el centro comercial estaba todo pegado a tu hombro... Fui un imbécil al no darme cuenta y tú que me dijiste que no pasaba nada.

Rodrigo siguió con la sonrisa de antes, ignorando todo lo que escuchaba y moviendo su mirada a través de todos los dedos de Cristian, más interesado que nunca.

—No le hagas caso y suelta el rollo. Deben estar juntos desde hace tiempo por los anillos de pareja que tienen, ¿van uno o dos meses?

—¿Anillos de pareja? — Lizandro pareció ver al mismo demonio cuando sus ojos se fijaron en el anillo extravagante que tenía en el dedo índice

Inocencia Pasional ADAPTACION CUTISONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora