Capitulo 48 ✞︎Vɪɴᴄᴜʟᴏ✞︎

2.6K 151 22
                                    

༒︎

𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

La camioneta se detuvo rápido en la salida de la clínica, que indicaba la señal del GPS del auto en el que Elia manejaba.

Abro la puerta con rapidez. Mi respiración agitada y el desespero se apodera de mi cuerpo y mi cabeza. Estoy seguro que Elia lo descubrió. ¿Por qué otra razón estaría en una clínica?

Me adentro en la clínica. Las enfermeras caminan por los pasillos; hay pocas personas en la sala de espera. Repaso la sala y no encuentro a Elia.

Me acerco al mostrador bien iluminado y moderno. Detrás del mostrador se encuentra una mujer joven con gafas.

—Quiero saber si es una mujer... Elia Dlacroix ¿En qué consultorio se encuentra? —ella me ve unos segundos reconociéndome y ve la computadora.

— Lo siento señor, pero ella no está registrada aquí; lo más probable es que ella está en otra clínica.

Muerdo mi lengua pensando. Es imposible que no esté aquí, la señal dice que Elia está aquí.

Alguien debe estar resguardando.

—Bianca Nova —dije con odio su nombre, esa maldita mocosa—. Busca ese nombre.

—Sí, ella está en el consultorio de la doctora Simone.

—No soy adivino. Dime dónde es —ordene, para después la enfermera me enseñará el camino.

Detengo mis pasos escuchando detrás de la puerta del consultorio.

"Lo que significa que usted está embarazada, señorita" Ya es un mes y me parece raro que no se haya dado cuenta antes". Una alegría inmensa se instala en mi corazón, sonriendo como un demente feliz y saber que mis sospechas eran ciertas.

Sin tardar más me adentro a la oficina. Las mujeres se dan cuenta de mi presencia después de entrar, con las manos en los bolsillos de mi traje. Miro serio a Elia, quien se remueve nerviosa en su lugar, escondiendo el papel en sus manos detrás de su espalda.

—¿Qué haces aquí? —pregunta con su voz quebrada; sus ojos están húmedos como si quisiera llorar—. ¿Cómo me encontraste?

Mi mujer me tiene locamente enamorado de ella y de mi bebé.

— Eso no es importante ahora. Lo que importa es lo que haces aquí, en esta clínica —Acerco mis pasos lentos a ella.

—Señor, se tiene que retirar, es una cita privada, tiene prohibido entrar aquí —la doctora se atreve a ordenarme.

—Soy el padre del bebé y usted no tiene derecho a echarme —solté neutro a la mujer de lentes, su mirada refleja el nerviosismo y tambalea por el tono de mi voz—. ¿No es así, mi sol?

Elia se queda en silencio, viéndome perpleja y sorprendida. Le sonrió y besó su frente, llegando a ella, y acarició su vientre.

Aunque lo niegue, ella es muy tierna y muy bonita.

—¿Tú —enarcó ambas cejas, se rió sin ganas, haciéndome la mirada seria—, por eso tus cuidados y el hecho de que me prohibiste beber alcohol.

—Si usted es el padre, podemos empezar con la ecografía —mi respiración se corta y un escalofrío recorre mi cuerpo, erizando mi piel.

Conoceré a mi hijo... a mi bebé. Quiero que tenga los ojos de mi sol.

—Claro, podemos empezar, doctora —afirmó con una sonrisa en mis labios, que es imposible que me la quiten por mucho tiempo. Elia no ha hablado, todavía está en shock procesando todos mis comportamientos hacia ella...

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora