Eres Mi amor

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Aun su angustia lo carcomia

¿Debía de aceptar o no? Su mente divaga en la propuesta de ese viejo, pero una presencia fuerte la hizo reaccionar, no a tiempo.

La mano que cubrió la boca de Xuliz fue inesperada, congelándola por completo. Su primer instinto fue luchar, pero antes de que pudiera hacer algo, una voz suave pero firme susurró en su oído.

"No te preocupes, estoy aquí para ayudarte. Tranquila," dijo el hombre, intentando calmar su pánico. La mano en su boca no ejercía demasiada presión, pero fue suficiente para evitar que gritara. Su corazón latía con fuerza, el miedo y la confusión la inundaban. ¿Quién era esta persona? ¿Por qué estaba en su casa? ¿Era un ladrón, o algo peor?

Sin embargo, el tono de su voz era calmado y reconfortante. El hombre no parecía tener malas intenciones, y poco a poco relajó la presión sobre su boca. "Te voy a soltar, pero no grites. No queremos que nadie nos escuche. Esto es por tu seguridad, ¿de acuerdo?"

Xuliz asintió lentamente, aún con el corazón acelerado. El hombre la soltó y dio un paso atrás, permitiendo que se diera vuelta para verlo. Era Ángel, pero llevaba ropa oscura y un gorro que le cubría el cabello. Su expresión era seria, pero sus ojos transmitían calma y seguridad.

"Ángel, ¿qué estás haciendo aquí?" preguntó, sorprendida pero aliviada de ver a alguien conocido.

"Escuché la llamada de tu jefe," respondió Ángel en voz baja. "No puedes dejar a tu hijo en un orfanato. Eso no es vida para él ni para ti. Vine para ayudarte. No tienes que aceptar ese trabajo. Hay personas importantes que te esperan en casa. Personas que te quieren, y están dispuestas a ayudarte a salir de este mundo."

Xuliz no podía creer lo que escuchaba. ¿Ángel había escuchado su conversación? ¿Cómo podía ser posible? Pero su voz y su mirada decían la verdad. Él estaba allí para ayudarla, para ofrecerle una salida del mundo oscuro en el que vivía.

"¿Quiénes son esas personas?" preguntó, aún insegura.

"Tu familia, Xuliz," dijo Ángel. "Hay personas que te buscan, que te quieren de vuelta. Tienes un futuro lejos de este lugar. Tienes la oportunidad de empezar de nuevo."

Xuliz estaba abrumada por la información. Todo parecía tan irreal, pero el tono y la actitud de Ángel le transmitían confianza. ¿Podría ser verdad? ¿Realmente podría escapar de esa vida y reunirse con su familia? La idea de dejar todo atrás y empezar de nuevo con su hijo parecía una fantasía. Pero Ángel estaba allí, ofreciéndole esa oportunidad.

"¿Qué tengo que hacer?" preguntó, con un hilo de esperanza en su voz.

"Confía en mí," dijo Ángel. "Déjame ayudarte. Hay personas que te protegerán. Ya no estás sola."

...

El plan comenzó a gestarse entre Ángel y Xuliz. Después de unos momentos de tensión y dudas, ella accedió a seguir adelante, confiando en que Ángel sabía lo que estaba haciendo. Aunque aún estaba nerviosa, la presencia de Ángel y su clara determinación la tranquilizaron.

Ángel se aseguró de que Michelle estuviera seguro antes de concentrarse en el siguiente paso del plan. Se dirigieron al apartamento de Xuliz, donde ella debía prepararse para el trabajo que su jefe había planeado para esa noche. Como parte del plan, Ángel sugirió que se vistiera de manera provocativa para que pudiera infiltrarse en el club clandestino donde trabajaría, con el objetivo de reunir información y localizar a personas involucradas en actividades ilegales.

Mientras Xuliz se preparaba, Ángel le entregó un pequeño chip para colocar en su ropa. "Esto nos permitirá rastrear tu ubicación y escuchar lo que sucede a tu alrededor," explicó. "Es vital para saber exactamente dónde estás y para poder enviar ayuda si es necesario."

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